Una familia se queja de que el cura de Burela no se presentó a un entierro

Elevará su malestar al Obispado y anuncia que se celebrará una misa, pero sin ese sacerdote
Iglesia de Burela, en la que tendría que haberse celebrado el funeral. ARCHIVO
photo_camera Iglesia de Burela, en la que tendría que haberse celebrado el funeral. ARCHIVO

Una familia de Burela expresó sus quejas ante la ausencia del cura párroco de la localidad en un entierro que tendría que haber oficiado el miércoles a las seis menos cuarto de la tarde. Según explicaron familiares de la fallecida, fue el propio sacerdote el que les señaló la hora del sepelio ya que era, según les dijo, la única a la que podía realizar el oficio. 

Indicaron que tras aceptar la hora la comunicaron a su familia que llegó a Burela. Muchos familiares lo hicieron desde Valladolid a propósito porque residen allí. Pero llegó la hora de oficiar la eucaristía y el sacerdote no se presentó.

Apuntan los familiares que al principio creyeron que se trataba de un simple retraso "pero logo caemos en que non viría, porque isto é algo que fai con frecuencia. Chega ás misas cun cuarto de hora, vinte minutos ou media hora de atraso, e nunca ninguén se queixou porque á xente dálle vergoña, pero nós non imos deixar que isto quede así e xa nos tratamos de poñer en contacto co Bispado, pero ninguén contestou o teléfono en todo o día", apuntaron este jueves, añadiendo que continuarán haciéndolo hasta que consigan hablar con responsables de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol para expresarles sus quejas. Este diario también trató de ponerse en contacto con la diócesis, pero tampoco fue posible. 

Tras pasar 45 minutos sin que apareciese el párroco, la familia, algunos de ellos en un gran estado de nervios, decidieron llevar por su cuenta al fallecido al cementerio para que lo enterrasen.

Cuando lo estaban haciendo el sacerdote se presentó en el camposanto "e dixo que estivera nun atasco en Viveiro. Chegou vestido de forma totalmente normal e sen sequera levar mascariña", indica una familiar, que le interpeló directamente "para que se excusase diante de todos porque lle dixemos que iso era unha falta de respecto e que era algo inaceptable".

Asegura que se limitó "a dicirme ‘perdón’, moi en baixo, pero non fixo ningún tipo de desculpa pública" y cree que se trata "dunha forma de xogar coa dor dunha familia que non podemos comprender nin admitir".

También anticipan: "Imos buscar unha forma de ofrecerlle á nosa familiar unha misa de despedida como a que tivo que ter pero temos moi claro que non vai ser con esa persoa á que non queremos ver nin queremos saber nada dela á parte das explicacións que nos dean no Bispado polo seu comportamento".