La Xunta adjudicará este otoño las obras de la nueva planta de transferencia de residuos de Riotorto, que entrará en funcionamiento en octubre de 2022. Esta instalación, que cuenta con una inversión de dos millones –procedentes de fondos europeos Feder ante la pandemia– supondrá sustituir la microplanta que funciona desde hace años en este municipio.
La capacidad de la futura planta será de 13.500 toneladas al año y dará servicio, inicialmente, a seis municipios que aglutinan más de 10.000 habitantes: Riotorto, Meira, A Pastoriza, Pol, A Pontenova y Ribeira de Piquín.
La función de las plantas de transferencia es permitir el trasvase de los residuos desde los camiones de recogida municipal a contenedores de mayor capacidad y más adecuados para el transporte a larga distancia –aquí no se realizan operaciones de tratamiento sobre residuos–. Estará preparada para transferir la bolsa negra (contenedor verde genérico), la amarilla y la materia orgánica del denominado quinto contenedor (marrón) para compost.
La conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, ha visitado este lunes, acompañada de alcaldes de la zona, la parcela de 15.000 metros cuadrados en la que se situarán las instalaciones. Habrá una nave para el trasvase de residuos, la cual ocupará 710 metros cuadrados.
Esta nueva instalación contará con un compactador fijo, dado que los portátiles son de menos capacidad y más propensos a averías, explica la Xunta. También habrá un sistema de translación de contenedores, además de un edificio destinado a oficina, vestuario y almacén.
La futura infraestructura formará parte de una red de 13 plantas de transferencia y cuatro centros de biorresiduos -uno en funcionamiento en Cerceda, así como otros tres proyectados en Cervo, Vilanova de Arousa y Verín-.
OPOSICIÓN A LA PLANTA. Por su parte, vecinos de Aldurfe han mostrado su rechazo a la construcción de la planta en el lugar de Franco con una tractorada improvisada, después de que el pasado viernes el Ayuntamiento organizase una asamblea informativa sobre su construcción.
En un comunicado, el Sindicato Labrego Galego avisa de que esta planta de transferencia de residuos "se situaría a menos de 100 metros de una casa y de varias explotaciones ganaderas", emplazada en una zona de producción ganadera, lo que "provoca un fuerte rechazo entre los vecinos, tanto por el impacto que el proyecto puede tener en sus vidas (olor, tráfico pesado por viales rurales...) como por el ocultamiento por parte del municipio del proyecto hasta una fase muy avanzado del mismo".
Igualmente, los alcaldes socialistas de A Pontenova, Darío Campos; Meira, Antonio de Dios; A Pastoriza, Primitivo Iglesias; de Pol, Lino Rodríguez; y Ribeira de Piquín, Roberto Fernández, han rechazado la ubicación que se prevé y trasladan su apoyo a las reivindicaciones vecinales.
El portavoz socialista de Riotorto, José García, ha señalado que esta problemática "nace del ninguneo del alcalde hacia los vecinos y de su nula capacidad de gestión". "No se puede gobernar de espaldas a los vecinos y por caprichos personales, sin informarles y sin atender sus peticiones. Aldurfe dijo alto y claro que no quiere la planta de residuos allí", sentencia.
