El expresidente del Gobierno de España y marqués de la ría de Ribadeo, Leopoldo Calvo-Sotelo Bustelo (1926-2008) pidió que después de su muerte se publicaran aquellos poemas que fue escribiendo a lo largo de su vida inspirándose tanto en las dimensiones de su acción pública (poesía satírica) como en las de su vida personal (poesía amorosa y familiar). El resultado es Poesía en la tangente, un libro editado por Sial Pigmalion que fue presentado este miércoles en el Teatro de Ribadeo con la presencia del coeditor, Pedro Calvo Sotelo; la escritora Luisa Castro; el profesor de Literatura, Carlos Álvarez Lebredo; Darío Villanueva, de la Real Academia Española, y el alcalde ribadense, Fernando Suárez Barcia. El Teatro ribadense se llenó de gente que no quiso perderse la aparición del volumen.
El libro incorpora además una entrevista y un ensayo del poeta y catedrático Jaime Siles sobre el lugar que ocupaba la poesía en la vida de Leopoldo Calvo Sotelo. Las paginas presentadas ayer permiten conocer, a través de sus propios pensamientos puestos en verso, un poco mejor la personalidad, el entorno y las circunstancias de una de las figuras más notables de la historia española reciente. El prólogo es de Pedro de Silva y en sus palabras destaca la capacidad satírica de Calvo Sotelo, elogia lo que considera son muestras sobradas de "verdadero temblor poético» e incide en «su versatilidad para abordar como versificador cualquier asunto".
El volumen se presenta dividido en tres bloques. El primero, Vamos a hacer la Transición, amigos, que reúne todas aquellas semblanzas, memorias y sátiras que están relacionadas con su vida pública y su desempeño en la política. El segundo, Enamoramiento agudo, que se compone de aquellos poemas que dedicó a su mujer, a sus hijos, a sus nietos y a otros miembros de su familia. Y el tercero, Se adivina Bizancio, el turco asoma que recoge los versos que están inspirados en los viajes que realizó, en la amistad y en Galicia.
Algunas de las composiciones que están presentes en el libro también dejan patente su querencia ferroviaria, con versos como: "El vapor jadea/la rueda castiga y el carril aguanta./La sórdida Renfe va desperezando/ por la geografía de la pobre España/su decimonónica/su vieja chatarra".