Las hordas vikingas desembarcaron el sábado en la playa vicedense de San Román para la Romaxe organizada por el Concello, de igual modo que llegaron entre los siglos VIII y XI a la mayor parte de Europa, el suroeste de Asia, el norte de África y Norteamérica oriental. Su propósito era atacar y explorar nuevos territorios, pero no solo guerreaban, según explicó uno de los integrantes de la asociación recreacionista Ulf Klan, sino que también ejercían con pillería un pujante comercio, pues vendían a precio de oro los cuernos de narvales, como si fuesen de unicornio.
Los asaltos a pie de playa extendieron la fama de piratas temibles sobre los vikingos. Las sagas solo han permitido recuperar una parte de ese pasado, con leyendas incluidas. Los asistentes a la Romaxe vicedense pudieron conocer más detalles, como que su sociedad era menos machista, pues las mujeres eran dueñas de toda su dote y si se divorciaban se quedaban con los bienes. Además, podían portar armas para proteger a la familia cuando faltaba el marido guerrero. También precisan que en Galicia estuvieron poco tiempo porque "eran ciudades pobres, de gente ruda y no compensaba".
Francia e Inglaterra fueron los países que más sufrieron sus ataques. El grupo Ulf Klan comparó su fama con la de los griegos. "Si los dioses te han sonreído, seguro que has sido mujer espartana y hombre ateniense". Los nórdicos quedaron a un paso, pues llegaron hasta Italia, aunque su objetivo eran las ciudades del sur de España, sobre todo Sevilla y Córdoba, considerada la ciudad más rica de Europa occidental en la época y comparable a la antigua Constantinopla. Ambas sumaron 500.000 habitantes frente los 35.000 que tenía entonces París, según explicaron recreacionistas vikingos.
EN ALZA. Ángela Álvarez, de O Barqueiro, destacó el crecimiento de la romería y la mejora por el cambio de ubicación. El nuevo enclave, que ocupa varios terrenos particulares, permite además salvar el escollo de posibles multas de Costas al no situarse sobre las dunas. Sugiere contar con un par de barcos más para hacer más atractivo el desembarco, que el oleaje desplazó de la parte central a la occidental del arenal, más protegida y calma.
Los vikingos arribaron con la amenaza de hacerse con las tierras de San Román, pero el sábado perdieron la contienda contra los caballeros cristianos, aunque no salieron indemnes, pues su rey pereció y tuvieron que enterrarlo.
Alberto Riveira, O Folgueiro, acude por estar con los amigos y el buen ambiente mientras su vecina Eva Villarquide piensa que cada año mejora. La también vicedense Raquel Fernández destaca que "un pueblo pequeño tenga un evento cultural así". La vivariense Luisa García y sus amigas se rindieron ante la voz melódica de Andrea Pousa, y durante su estancia pensaban aprovechar para comer de campo.
La Romaxe Vikinga gana cada vez más adeptos, como Patricia Lago y Xesús Oca, de Fene.
