Vestas anotó para plazas vacantes en la planta de Viveiro aún este jueves

El comité de empresa pidió que permitiesen cubrir los puestos ofrecidos para recolocación en la fábrica y en otros puntos de España
Una de las acciones de protesta en las que participaron los trabajadores de Vestas
photo_camera Una de las acciones de protesta en las que participaron los trabajadores de Vestas. SEBAS SENANDE

Más del 70% de la plantilla de Vestas en Chavín respaldó una salida negociada con la empresa en el último momento al considerar que el apoyo a su causa es "nulo" por parte del Gobierno y la Xunta, que consideran que solo les brindaron "una palmadita en la espalda". El comité de empresa solicitó a la multinacional danesa que se permitiese a los trabajadores anotarse para las plazas que todavía quedaban vacantes en la planta de Viveiro, que desde enero funcionará como un centro operacional de mantenimiento. También pudieron apuntarse para reubicaciones en otros centros de trabajo de la firma en España. Este viernes conocerán quienes son los elegidos para quedarse en la fábrica.

La asamblea debatió la posibilidad de buscar la conciliación sin que esto no afectase al proceso judicial y después votó si se busca una solución pactada con la empresa. En ambos casos el apoyo superó el 70%, indicó el presidente, David Mariño, quien explicó que "pedimos que se abrisen as reubicacións nas que houbese prazas, en Viveiro quedaban postos na fábrica de Chavín, aínda que se respetaran as solicitudes das persoas que xa optaran no periodo de inscrición aberto con anterioridade. Sabía que quedaran vacantes sen cubrir e era unha pena que se perdesen", subrayó.

Mariño indica que esta medida posibilita asimismo que si algún trabajador se sintió coaccionado previamente para optar a esos puestos, pudiese hacerlo ahora. "Quixemos que se dese a oportunidade de que libremente se apuntasen os interesados xa sen presións. Persoalmente teño empatía ao cen por cento con eses compañeiros, canto máis se quedas en esa posibilidade logo de que te increpasen". Además, lamentó que el hecho de que un representante de UGT en el comité, que solicitó traslado a otro punto de España, comunicándolo en su momento de buena fe al servicio legal del sindicato fuese utilizado como excusa para el enfrentamiento. Entiende que hay que respetar "as decisions individuais dos traballadores, o que queiran loitar".

BONUS FINAL. La jornada de trabajo fue normal este jueves, dado que la empresa ofreció a quienes optaron por acudir la posibilidad de obtener un bonus de productividad, lo que animó a buena parte de la plantilla a sacar adelante el trabajo al contar con ese objetivo que se estableció para los trabajadores en activo. "Ter este día ocupado foi máis positivo que estar sen facer nada", amén de la recompensa económica. Los operarios se decantaron por disfrutar en los días previos las vacaciones y horas que tenían pendientes. La jornada de este viernes será ya de cese efectivo de la actividad.

Mariño ansía que finalice el conflicto este viernes porque "tivemos que tomar decisións moi duras e necesito desestresar". También se muestra conforme con que le tratasen como al resto de compañeros pese a estar en el comité. Mariño está convencido de que "tivemos moita guerra interna, decepción entre nós e coa empresa, necesitamos descansar, esquecernos un pouco desta etapa, reciclar a cabeza e tirar para diante".

Además, considera que la elección de la recolocación "tampouco é o camino máis fácil, asumen un risco importante, porque moitas veces as reubicacións son envelenadas. Non creo que estén tranquilos, estarán coa incertidume de saber se as cousas van ir ben. Hai demasiados casos ao redor, aguantas un tempo e logo vaste sen indemnización nin traballo, hai que botarlle o seu".

David Mariño desconfía en este momento de promesas a que aludió la ministra de Industria en Santiago. "As solucións son as que levamos pedindo dende hai uns meses, a falta de acción do Goberno é o que nos está despedindo, Vestas fai o que está estipulado, que movan ficha, que fagan algo para que este atropelo non vaia para diante, despois virán outras empresas". Resalta que la lucha acaba por "culpa dunha lexislación laboral absurdamente inxusta" y cree que la apatía de las administraciones les condenó.

Indemnización de entre 62 y 68 días por año trabajado con un mínimo de 25.000 euros
El acuerdo alcanzado por los trabajadores de Vestas recoge unas condiciones favorables, que se lograron tomando como base la referencia del Ere aplicado en la planta de León, lo que supone que los trabajadores recibirán entre 62 y 68 días de indemnización por año trabajado con un mínimo de 25.000 euros.

En concreto, los empleados despedidos cobrarán 45 días por año trabajado sin límite de años, más un lineal de 1.320 euros sin límite de años. Esto supone que los menos antiguos cobran proporcionalmente más que quienes llevan más tiempo. El mínimo se fijó porque había más de 30 operarios con solo tres o cuatro años de antigüedad. El comité negoció con vistas a que todos se marchasen con un colchón económico en condiciones fuese cual fuese su salario y antigüedad en la fábrica.

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