El estado de la valla de Autovía del Cantábrico (A-8) continúa siendo muy malo y se encuentra muy deteriorada en varias zonas. Una de las más castigadas es en torno a la parroquia ribadense de Vilaframil, donde los vecinos tienen varios puntos localizados en que los jabalíes pueden atravesarla sin excesivos problemas.
Los usuarios habituales de la A-8 ratifican esta situación y muchos de ellos son los que afirman haber visto estos animales en la calzada o en sus alrededores.
José Vicente Norniella, residente en Asturias pero con vínculos habituales con Ribadeo, relata que él mismo tuvo una colisión con dos jabalíes en la salida de la playa de As Catedrais, que le ocasionaron algunas lesiones a la persona que iba de acompañante en el vehículo.
El número de jabalíes creció notablemente en los último años pero no se tomó ninguna medida para rebajar su población
A ello añade una circunstancia similar que lo empeora, porque comenta que en el mismo lugar él había tenido un percance anteriormente. A raíz de esta concatenación de incidentes, se molestó en contabilizar los registrados en ese entorno hasta llegar a siete y se queja de que "Fomento dice que las vallas están revisadas y que por allí no entran, deben de venir volando y allí tienen la pista de aterrizaje". El Ministerio de Fomento realizó algunas actuaciones en la etapa del Partido Popular en el mantenimiento de la valla que debe mantener aislada a esta vía de comunicación, pero la realidad es que o bien las actuaciones no se realizan correctamente, o bien son insuficientes porque los accidentes se suceden.
En la madrugada del miércoles al jueves se produjeron dos accidentes con una diferencia de solo diez minutos prácticamente en el mismo lugar, a la salida del Puente de los Santos en sentido Asturias.
Se dio la circunstancia de que no hubo heridos, algo poco corriente en este tipo de colisiones debido a que cuando los vehículos circulan por la autovía suelen hacerlo a una velocidad elevada que contribuye a empeorar el golpe con los jabalíes. En esos dos casos solo hubo daños materiales.
Este problema tiene ramificaciones económicas muy importantes. Por ejemplo, desde hace unos años, las compañías de seguros incluyen en sus pólizas un apartado obligatorio relativo a los accidentes con animales salvajes, algo que antes era solo opcional. Optaron por esta solución ante una norma algo caótica.
