El monasterio de Valdeflores, de nuevo cerrado tras la marcha definitiva de las monjas

Sor Carmen y sor Consuelo dejaron entre lágrimas la que fue su casa durante décadas
Monasterio de Valdeflores, en Viveiro. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Monasterio de Valdeflores, en Viveiro. JOSÉ Mª ÁLVEZ

No por esperada la marcha definitiva de las monjas del monasterio de Valdeflores en Viveiro fue menos emotiva y de hecho dejó una gran pena tanto en las dos religiosas que quedaban como en los vecinos que acudieron a despedirlas. "Apenas falamos porque elas choraban, estaban moi emocionadas, e eu tamén a verdade", comenta el presidente de la cofradía de Valdeflores, Luis Ramón López, que custodia las llaves del convento hasta este domingo, día en que se las entregará al párroco.

Los taxis que llegaron juntos hacia las once de la mañana se llevaron a las dos religiosas, sor María del Carmen y sor Consuelo, con destino a sendas residencias de Mondoñedo y Ferrol, en contra de su deseo de permanecer en el convento o, en el caso de irse, de continuar juntas, según recuerdan desde la cofradía. La semana pasada otro taxi trasladó a sor Antonia al convento de la Orden de Predicadores en Baiona. "Valdeflores era a súa casa, viviron aquí toda a vida, e a ninguén lle gusta que o saquen da súa casa", reflexiona López.

El monasterio queda completamente cerrado y la única actividad que tendrá será en su iglesia con la misa de los domingos a las once de la mañana. Desde la cofradía de Valdeflores trasladan a la orden dominica su deseo de que desvele qué hará con un edificio que "está fabulosamente ben e ademais é Monumento Nacional".