Un milagro de la naturaleza

La perra Lúa, de Ribadeo, cría y amamanta sin problemas a una pequeña gata a pesar de que ni tan siquiera había tenido cachorros

LA PERRA Lúa amamanta tranquila a la pequeña Orión. Nada de particular si no se tiene en cuenta que Orión forma parte, al menos según el imaginario popular, de sus enemigos íntimos: Orión es una gata. Concretamente una gata abandonada, de aproximadamente un mes y medio, que estuvo a punto de morir de hambre.

Si la historia se acabase aquí ya sería lo bastante extraordinaria como para ser alucinante, pero está llena de notas al margen que la hacen absolutamente increíble. Por ejemplo: Lúa no tenía cachorros; es más, ni tan siquiera había estado preñada anteriormente. ¿Qué pasó entonces para que empezase a producir leche de un día para otro? Es una muy buena pregunta. Y la pregunta mejora aún más si se tiene en cuenta que pese a ser de especies distintas, produce una leche que no provoca ningún tipo de problema ni reacción negativa en una gata.

Más todavía: antes de llegar a la perra, la pequeña Orión estuvo con una camada de gatos que la rechazaron por completo y no la dejaban mamar. La gata madre no permitía que se acercase.

La historia la cuenta Fernando Sobredo, natural de Villafranca del Bierzo pero residente en Ribadeo desde hace siete años. Él es el dueño de la perra y un amigo le comentó que se había hecho con la gata abandonada y que estaba en muy mal estado. Después de lavarla y darle cuidados hizo la prueba con la camada de gatos que resultó infructuosa. Pero mientras sus congéneres rechazaban a Orión, Sobredo notó cómo su perra sí le daba mimos y la cuidaba: "Vi que mi perra estaba contenta con ella, la acariciaba y le hacía de todo, así que le dejé a ella la gata". El instinto de la felina la llevó a tratar de mamar de la perra, pero al principio no podía así que Sobredo cuenta que "le di yo la leche con una jeringuilla, pero después se la dejé a la perra y vi que tenía leche en las mamas. Se la puse encima, y empezó a mamar".

Y todo fue más o menos bien hasta que Sobredo comprobó que la perra tenía una aparente infección en las mamas, lo que lo decidió a llevarla a la clínica veterinaria Ánima Mundi de Ribadeo.

Allí comprobaron que lo único que sucedía era que Lúa producía mucha más leche de la que Orión podía tomar.

El veterinario de Ánima Mundi Juan Luis Amor reconoce que lo primero que pensó fue en separarlos, pero luego se dejó llevar por su instinto y se planteó la opción que finalmente resultó ser la mejor, pese a todo lo que indicaba tanto lo que él mismo había estudiado como lo que se suele decir sobre los perros y los gatos. Su decisión fue que se quedasen juntos pero vigilando que todo el proceso fuese bien.

Juan Luis Amor cuenta que tras decidir mantenerlos unidos "estuvimos muy atentos, pero la gata sigue mamando y Lúa la cría como si fuese un perrillo".

El dueño de la perra reconoce que "no sabemos la suerte que tenemos de que esto esté pasando" y asegura que gran parte del éxito descansa "en la gente de Ánima Mundi y en cómo me asesoraron. En otro centro veterinario esto no habría sucedido así porque es un caso muy excepcional".

El veterinario Juan Luis Amor lleva 25 años trabajando y reconoce que "esto lo viví de manera muy sorpresiva, porque lo primero que pensé es en que la leche de la perra perjudicaría a la gata. Pero después tanto Fernando como yo nos dimos cuenta de que estaba pasando algo muy especial. Es una pasada. Un milagro de la naturaleza del que podemos aprender los humanos".

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