Con las tijeras en la mano

Las tareas para cortar el verde y preparar la flor para la alfombra de Burela se convierten en reuniones sociales y unión de generaciones
Trabajos para la alfombra floral de Burela. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Trabajos para la alfombra floral de Burela. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Muchas tardes son las que llevan Alicia Valle, Marifé Pérez y Pepi Moreno colaborando en la elaboración de la alfombra floral de Burela. Cada una en su correspondiente tramo, Alicia en el del puerto, Marifé en el de la iglesia y Pepi en el de Pachó, pero este lunes se reunieron todas en la carpa instalada en la Praza do Concello y junto a ellas, Belén Mogo y Martín Lestado, de la asociación Burela Floral, que este año apostó por instalar esta carpa para invitar a todos los bureleses a participar en las tareas de preparación del material para la elaboración de la alfombra.

"Estes dous anos sen poder facer a alfombra foron unha pena e un aburrimento sen poder vir cortar o verde e preparar a flor", asegura Marifé, que aunque es natural de Cervo participa en la alfombra desde que se asentó en Burela hace más de 20 años. "Isto dá moito que facer", asegura, "hai que ter moita forza de vontade". Pero fuerza de voluntad y energía parece que es lo que les sobra. "Falamos moito, contamos contos e chistes e no meu tramo, os venres tomamos chocolate no que era o antigo bar A Lareira, que nolo fai Merceditas e ás once e media ou así imos para alí", cuenta Marifé. "O venres pasado eramos uns 27 e ata nenas pequenas", precisa.

Porque todos estos días previos al día en que se elabora el tapiz tienen mucho de reunión social. "Grazas a estas xuntanzas do verde e da flor faise piña no pobo porque se non eu a estas mulleres non as ía coñecer", asegura Belén Mogo, que reconoce que el haber abierto la carpa en la Praza do Concello ayuda a que muchas personas se vayan animando. "Está viniendo bastante gente hasta la carpa", confirma Pepi, "por las tarde vienen muchos niños y sus madres se quedan con ellos y también se incorporaron las familias ucranianas y gente peruana". Los alfombristas esperan que se mantenga esta tendencia de que la gente se vaya uniendo "porque despois do parón tiñamos medo", asegura Mogo y además en los últimos años siempre se pedía colaboración para estos trabajos.

Con el verde llevan ya desde principios de mes. Trabajadores municipales se encargan de recogerlo y repartirlo por los distintos grupos de corte. Usan tijeras de podar y van dando pequeños cortes en las ramas de tuya para que queden de un tamaño mediano, "non pode ser nin moi grande, nin moi pequeno". Esta semana ya es la última porque el próximo lunes empezarán con la flor, una tarea más delicada. "A flor córtase dependendo de cal sexa, algunhas van enteiras, como as rosas e os caraveis, que ás veces tamén se desmenuzan, e vanse colocando en caixiñas", explica Alicia, que recuerda que a las flores hay que sumar la sal teñida, el serrín o el café: "As borras de café téñense que estender en cartóns para que sequen e non revalorezan". "Despois hai que peneiralas como se fai coa fariña para usar o máis delgado ", añade Marifé. Sin duda, las flores más delicadas son las margaritas. Es necesario colocarlas por separado, con agua y entre papeles de periódicos en cajas para que se conserven. Y eso las que se encuentran en mejor estado, el resto se deshojan.

Y después de semanas de tarea llegará el día de la alfombra. Una elaboración que nunca se suspendió, aunque un año el fuerte aguacero arrastró toda la flor hasta el final del tramo alfombrado. "Acórdome tamén do ano que actuou Azúcar Moreno, que choveu toda a noite a chuzos e claro non sabiamos como iamos facer, pero ese día non choveu nada", recuerda Alicia, que destaca que para ella lo más bonito de las alfombras "é toda a xente colaborando con esas ganas de axudar". "É moi bonito porque conectas coa xente e hai moitos nenos tamén, que sempre axudan", añade. "Eu sempre fago unha tortilla para a comida", apunta Marifé.

Y es que supone un día entero en la calle para plasmar los diseños sobre las plantillas. Las de este año, dedicadas a las fiestas populares gallegas, ya están listas desde el fin de semana. "Levabamos dous anos sen facelo e notouse porque non é o mesmo traballar en plantillas máis pequenas que facer dez de golpe", asegura Martín Lestao, presidente de Burela Floral. Además este año se retrasó el inicio por la incertidumbre del covid. Pero finalmente regresan. Volverán a teñir las calles de color y de alegría y ya volvieron a reunir a los grupos dos años después.

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