La firma vivariense de construcción y reparación naval Talleres Cillero ha alcanzado un principio de acuerdo para la gestión del antiguo varadero Lazareto, situado en la ciudad de A Coruña. Se trata de una iniciativa que capitanea el fundador de la empresa mariñana, que cuenta también con sedes en los puertos de Celeiro y Burela, desde las que atiende la demanda del sector pesquero en la Costa lucense.
El fundador y gerente de la compañía, Alberto Santos, explica que A Coruña había quedado sin varaderos desde que en marzo de 2018 un barco se cayese dentro de la instalación de Oza, ahora recuperada, cuando se procedía a su reparación. El accidente dejó desarbolado dicho servicio público, debido al tiempo y al coste que supuso poner en pie el buque.
Armadores del puerto coruñés y la propia empresa concesionaria contactaron con Talleres Cillero por si le interesaba hacerse cargo de las instalaciones. Santos asumió el proyecto como un nuevo reto y tras alcanzar un acuerdo con la adjudicataria, debido a que se trata de una concesión administrativa de Puertos del Estado y no podían prestar el servicio de manera directa, ya que la autorización otorgada está vigente hasta 2027 y además requeriría un proceso de tramitación más complejo, razón por la que optaron por un convenio.
La iniciativa salió "non sen dificultades, pois tivemos que dotalo de grúas, andamios e facer unha inversión forte no carro"
Este acuerdo posibilita que el puerto coruñes disponga de un servicio sin el que había quedado, cuando hace más de una década disponía de cuatro varaderos en la ría de O Burgo y otro en la zona de Puente Pasaje.
Las últimas semanas han sido intensas en cuanto a trabajo para "intentar poñelo a flote", explica Alberto Santos, quien asegura que lo han logrado "non sen dificultades, pois tivemos que dotalo de grúas, andamios e facer unha inversión forte no carro para subilos barcos, debido á falta de mantemento que tiñan as pezas. Tivemos que poñer todo ao día, xa que o que había era un risco".
Ahora disponen de dos guías acondicionadas para trabaja y resta por habilitar una. De hecho, ya subieron dos barcos y pueden trabajar en condiciones de seguridad.
Las obras de mayor envergadura se ejecutarán en la instalación coruñesa, pero mantendrá las de Celeiro y Burela
Santos destaca que las nuevas instalaciones "son un complemento do que tiñamos, pois agora hai un campo de traballo importante cos barcos franceses que precisan reformas e que poderemos facer aquí". En este sentido, recuerda que durante este año efectuaron en Celeiro el alargamiento del volantero María Magdalena para un armador de Cedeira que se prolongó más tiempo del previsto al no disponer de varadero propio. "Estar a expensas doutras empresas fainos perder tempo e diñeiro, pois os contratos teñen penalizacións se non cumpres os prazos establecidos".
Contar con varadero hará que las obras de mayor envergadura las desplacen al mismo, pero también prevén mantener las instalaciones de Celeiro y Burela. "As novas instalacións son boas, varase ben, xa que teñen moito calado", explica Alberto Santos, quien dirige un equipo, que coordina un ingeniero, formado por un encargado y cuatro pintores. Estima que emplearán entre diez y doce personas en los trabajos de mantenimiento de barcos, que se realizan en el varadero.
