La suerte vuelve a sonreír en A Faba de Ouro con un cuarto

El despacho de Lourenzá vendió diez décimos del 42.833, premiados con 20.000 euros
Alegría en A Faba de Ouro. PALEO
photo_camera Alegría en A Faba de Ouro. PALEO

La suerte sigue sonriendo a la administración de loterías laurentina A Faba de Ouro, que repartió 200.000 euros, al vender diez décimos de un cuarto premio, el 42.833, premiado cada uno con 20.000 euros, "que es una ayuda muy buena", cuenta Antonio Vázquez, el lotero de 34 años que desde que abrió en 2013 lleva tres quintos y dos cuartos en Navidad.

Una buena racha que le sigue acompañando y que hace que la administración sea punto de encuentro "para gente de la zona e incluso de otras comunidades, por lo que le pudo tocar a cualquiera", cuenta el lotero sobre unos décimos que vendieron en ventanilla desde el mes de septiembre.

Aunque los agraciados no pasaron por la administración por la mañana en A Faba de Ouro ya tenían preparado el champán, porque nunca les caduca, y en cuanto recibieron los carteles de la delegación de Loterías se animaron a brindar para que siga la buena estrella y Toni lo hizo junto a sus padres, Maribel Rivas y Antonio Vázquez, que le echan una mano en el negocio, todos muy contentos de llevar la suerte a otros hogares, aunque ellos no se quedaran con nada, dicen.

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El "día de los loteros" se vive con intensidad en A Faba de Ouro, aunque la noche anterior Toni apenas duerme. Le pasa todos los años, pero compensa, y su administración sigue siendo un talismán que le hace ganar más clientes. 181.200

EUROS EN FOZ. La otra gran alegría de A Faba de Ouro es que cuenta con dos números abonados que acaban en 48, la terminación del Gordo, que están agraciados con 120 euros por décimo. Una cantidad que parece poca, pero si en un solo local se venden la friolera de 1.510 décimos la cosa cambia, porque la suma de lo repartido pasa de 180.000 euros.

Es el caso del restaurante Fina de Foz, un negocio familiar frente a la playa de A Rapadoira de Foz que todas las semanas tiene a la venta el 38.748. "Por la semana se va vendiendo, pero en Navidad fue una locura, quedó gente sin ella y eso que en noviembre cerramos", cuenta José Rejes, quien constata que aparte de la clientela habitual hay mucho turista afortunado, porque el número ya se vendió en julio. Pepe, obviamente, se quedó con alguno, más incluso de lo que contaba porque la suerte, para él, hizo que encontrara unos décimos en un sobre apartados de los que ni se acordaba, una alegría, que no le librará mañana de levantar la persiana del negocio.

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