María Eugenia y Marina son las nuevas farmacéuticas de A Mariña. En realidad, atesoran bastantes años de experiencia farmacéutica pero como titulares acaban de abrir sus propios servicios en Ribadeo y Burela tras un concurso en el que también se adjudicó otra farmacia lucense, en Friol. Pese a la situación de pandemia, con las precauciones y restricciones que implica, están muy contentas de su nueva andadura y de la respuesta profesional. "Siempre estuvimos ahí, en primera línea, cuando no había mascarillas y todo el mundo permanecía encerrado en casa", recuerda la colegiada 759 María Eugenia Hermida.
Esta focense se licenció en 1993 y desde 1997 compaginó su trabajo en la localidad mariñana con multitud de cursos o formación en tecnología de los alimentos. Cree que el colectivo está desaprovechado: "Podríamos hacer muchas más cosas, tanto con las vacunas como en las pruebas diagnósticas del covid, tenemos formación para ello y ahorraríamos mucho dinero al sistema de salud. A mí me gusta participar en todo lo que sea mejora del servicio sanitario".
Sobre la administración de vacunas, Marina Cortón reserva la opinión pero recuerda que en Ourense hubo pruebas diagnósticas en farmacias: "Yo si me dejan, estoy dispuesta, todo lo que sea agilizar esto y tirar para adelante debe ser bienvenido".
Ambas aprecian el cansancio de la gente tras más de un año luchando y escapando del covid-19. Sobre el uso de ansiolíticos, María Eugenia reconoce que "se nota la gente necesitada de ayuda, ya sea a raíz de temas laborales por la pandemia, por no ver a sus famliares o hacer las cosas con que solía desahogarse; algunas incluso precisan consulta psicológica".
"En el anterior concurso primaron a catedráticos y gente de hospital pero en este último la experiencia se ha valorado mejor"
Y defienden el trato personal en estos momentos. "Deberíamos tener una asignatura de Psicología en la carrera —abunda Hermida— y si alguien cree que somos simples dispensadores de medicamentos, se equivoca. Me gusta que la gente comente y una parte importante de nuestra labor es escuchar y proporcionar consejos".
"La gente está triste", confirma Marina Cortón, y añade: "Falta la alegría para arreglarse o comprar, no se puede ir a sitios y actos como tenían por costumbre. La situación social actual es surrealista. Parece una película de ciencia ficción. Si no se protege a la naturaleza, la que al fin y al cabo nos defiende, ella tampoco es capaz de protegernos cuando la maltratamos". Y por otro lado, también ve "mucha negación de la realidad con gente que se salta las normas de prevención de contagios".
En el funcionamiento diario de la farmacia Xilmar, las medidas anticovid limitan el aforo máximo a seis personas y las demostraciones de estética, además de cierta parafernalia para las tomas de tensión y otras constantes. La apertura el pasado 14 de diciembre coincidió con el cierre a las seis de la tarde pero el balance del arranque al principio de la Avenida Arcadio Pardiñas, la principal de Burela, es satisfactorio. "Estoy lejos de las demás y para ser la quinta de la localidad, la más próxima está a un kilómetro así que vamos bien; además tenemos cerca el hospital y hay mucha gente de paso por la zona desde Cangas y otros puntos. Estoy muy contenta, en este barrio vive mucha gente y es encantadora, me gusta Burela".
AMAR LA PROFESIÓN. Marina es de Pol, de la casa de Xil, un nombre que llevaba ya su tatarabuelo. Desde que se licenció, llevaba 30 años con el botamen de farmacéutica guardado y ahora por fin lo puede lucir en lo alto de su oficina burelesa, un destino que era el que quería, a pesar del trayecto diario que debe cubrir desde su localidad. Usa la carretera de la Cruz da Cancela y no la A-8 por O Fiouco. Si hay niebla, ambos itinerarios de ven afectados. Ha sido un largo camino en el que ha contado con el apoyo paterno para la carrera y de la familia.
"Llevo 32 años trabajando de adjunta —explica—, los últimos 22 en una farmacia del barrio de San Antonio, en Lugo. La base siguen siendo los fármacos y tenemos que amar la profesión para que no se pierda este servicio, pero hemos incorporado otros productos naturales que siguen teniendo que ver con las farmacias·. Experiencia tiene y en un lugar destacado ha puesto el mensaje de consejo y confianza. Tras el concurso para 40 nuevas farmacias en Galicia, pudo conocer a la otra emprende dora en A Mariña, María Eugenia Hermida, ayudándose mutuamente con los trámites burocráticos y los proveedores.
La focense se instaló en la zona de la calle Rafael Fernández Cardoso y aunque abrió esta semana y alguna gente no sabía todavía si tras los escaparates había una nueva farmacia, nota que "la acogida está siendo muy buena pues aunque es el momento de comprar lo esencial, el medicamento, aquí vive mucha gente también".
"La gente está triste, falta alegría para arreglarse. La situación es surrealista y a veces parece una película de ciencia ficción"
VALORAR LA EXPERIENCIA. Conseguir su propia farmacia también le ha costado pero el hecho de poder quedarse en la comarca es una buena recompensa a tantos años esperando. Tras conseguirlo, recibió la llamada del conselleiro de Sanidade. La posibilidad de problemas la sobresaltó pero, por fortuna, era la felicitación, tras años de apoyo de padres, marido e hijos para no caer en el desánimo.
Y es que en el anterior concurso, en 2006, Hermida se quedó a las puertas. "Entonces estuve en séptima posición pero ahora Ribadeo es como una lotería, ya concursé con la mente puesta aquí", dice. "En este concurso hasta me sobraron cursos pues fue más equilibrado que el anterior. En aquel primaron las publicaciones y salieron catedráticos y gente de hospital pero ahora los baremos han sido más equilibrados respecto a la experiencia profesional", concluye.
