Yo para ser feliz quiero una furgo

Tres sancibrenses comparten su afición por la bici o el pádel pero, sobre todo, por la van life de los viajes y los fines de semana de surf
Los tres sancibrenses en uno de sus vehículos. José Mª ÁLVEZ
photo_camera Los tres sancibrenses en uno de sus vehículos. José Mª ÁLVEZ

Esta es la historia de tres compañeros de instituto que siguen conservando la amistad y la cultivan compartiendo viajes a bordo de sus furgonetas camperizadas y autocaravana. Distintos modelos pero todas de la misma marca y con base en San Cibrao. Lo habitual es moverse por la zona a coger olas como otros furgoneteiros pero a veces se pierden por Europa y pretenden llegar algún día a Cabo Norte, en Noruega. Persiguen ese estilo de vida en libertad que con la pandemia se ha convertido en un fenómeno de masas a lomos de las autocaravanas, como puede comprobarse todos los veranos con la ocupación del muelle de Foz u otras áreas habilitadas para ellas, la de San Cibrao incluida.

AMIGOS QUE VIAJAN EN FURGONETA JUNTOS POSANDO EN EL FARO DE SAN CIPRIAN

Sin embargo, dentro de las furgos camperizadas suele haber un proyecto personal y un reto giratorio y plegable que ya no tiene edad. Contactamos con los tres protagonistas a través de Pepe Vázquez, que había aparcado su reluciente Grand California en rojo y blanco junto a un pesquero atracado en Burela con los mismos colores. No era casualidad, era el de la casa y la furgoneta llegó en plena pandemia. "Tiven que deixala no garaxe en plena pandemia ao chegar cando aínda estaba sacando o carné de camión e fai falta ao pesar máis de 3.500 quilos".

Su meta es aventurarse algún verano hasta llegar al Cabo Norte, en Noruega, y salen a por olas los fines de semana

Y es que se trata de una autocaravana de gran volumen y con techo sobreelevado. Una segunda casa cuyo interior se asemeja al de una pequeña embarcación. Con su cocina, baño, camas y armarios, conectividad electrónica de hoy en día y 174 caballos acoplados a un cambio DSG de ocho velocidades. Es decir, una tope de gama cuyo coste oficial arranca en precios de un buen deportivo y que Pepe la pidió incluso con 4x4. "Debe ser das primeiras de España con tracción total". Sale con el 4Motion de la fábrica de VW en Polonia, sin pasar por carrocero alguno. En las redes sociales, la casa alemana la promociona con la pregunta ¿con qué vistas quieres despertarte mañana? mientras que la California de techo elevable para dormir sería la libertad en estado puro.

Y eso nos lleva al proyecto de Brais Mella, cuya T5 Multivan gris también llegó de Alemania, de segunda mano. Trabaja en una auxiliar de Alcoa y bajo los cristales tintados está en proceso de camperizarla. Los tres amigos, entre los 31 y 32 años, han apostado casi por el mismo vehículo, que es un poco el tótem entre los surferos. "Teñen o motor máis duro, un 5 cilindros e son vehículos que apenas se devalúan", explican.

20210921_195359

El caso del vehículo de David Villares, maestro de profesión en Burela, refrendaría esa afirmación pues tiene bastante historia, al haberla adquirido a una mujer vasca que dio un cambio radical en su vida para emprender un poco la senda del movimiento Hippy y Flower Power que adoptó las primeras Transporter de VW como medio de transporte. Y hasta hoy son un icono. David ha bautizado la furgoneta (casi todas tienen un nombre) como Malen en honor a su anterior dueña.

Lo cuenta así: "Coñecémonos en Cabo Vidio, eu ía cunha caravana arrastrada co coche de meu pai e aparquei ao lado dela. Comezamos a falar e quedamos en contactar e que me avisaría de vir por San Cibrao por se quería vela, pois gustoume como a tiña. Nese momento non podía adquirila pero acabei enviándolle un correo, coa circunstancia de que foi o fillo quen me contestou que acababa de falecer en abril do 2019, por un cancro, aos 65 anos".

Por el valor sentimental de la sucesora de las míticas T1 Bulli y T2, ella habría querido que continuase en ruta su furgo. David fue a buscarla a Valencia y recuerda que "dende que se xubilara, Malen vivía nela, en inverno polo sur da Península e durante o verán polo norte. O fillo tamén viu que eu lle ía dar unha vida á furgoneta".

David acabó comprando y dando nueva vida a la Volkswagen de una viajera vasca que había conocido y falleció

Además, la conoce a fondo. Sabe que de la Carthago Malibú solo hay 300 unidades por el mundo. Y a pesar de ser la más veterana cree que también es la más dura, porque al motor le han sacado un caballaje más contenido (102 CV). Pronto se lanzó a renovarla y adaptarla a su gusto con tapizados, suelos, vinilos... y ha adaptado la calefacción, nevera y cocina para consumir gas GLP pues normalmente tiran de la energía del diésel.

Pero ellos se encuentran todo tipo de vehículos camperizados: ambulancias, buses e incluso han llegado a ver un camión con un container de barco encima, adaptado como casa. Tampoco hay un perfil único de aficionado a esta forma de viajar: "Atopas xente que viaxa soa, en familia, parellas de xubilados, surfistas...". Con la pandemia se disparó la demanda de estos vehículos. "A xente escapaba da casa e lanzouse ao aluguer pero moita incluso comprou sen saber se lle ía gustar", dice Pepe.

De ahí fenómenos como el aluvión de autocaravanas y furgonetas en Foz, con semanas de más de cien en el puerto, lo que consideran "un desfase". "Eu son máis de cambiar augas e marchar —reconoce David—, pero outros prefiren socializar así". En todo caso, los furgoneteiros suelen llevar otro rollo distinto a los más sibaritas de las autocaravanas, donde el vehículo más habitual es la Fiat Ducato, carrozada de mil maneras y comodidades.

20210921_201328Entre los tres amigos forman una pequeña comunidad de viajeros, con su propia imagen plasmada en pegatinas donde se puede leer Road Trip y homenajean el verano a bordo de las VW. La personalización dice mucho y en ruta se pueden encontrar desde muñecas hawaianas en los salpicaderos, dados en los retrovisores y vinilos de todo tipo.

David es de los que hace patria y se ha tatuado él mismo el faro de A Atalaia en uno de sus gemelos.

Brais y Pepe aprovecharon este verano para bajarse a Portugal, donde no encontraron tanto ambiente de furgonetas camper como en A Mariña. "Excepto en Nazaré (el de las famosas olas gigantes), no resto da costa non vimos tanta xente", dice Pepe. Por otro lado, David se había hecho 4.000 kilómetros en Francia, subiendo la costa oeste hasta Normandía "que ten partes idénticas a Galicia". Eso sí, allí los mejillones los sirven directamente con patatas fritas.

"En Francia —explica David— xa teñen barreiras de altura para limitar as furgonetas e autocaravanas e iso é terrible, porque rompe o concepto pero, en cambio, abriron aparcadoiros de autocaravanas e por 10 ou 15 euros tes os servizos. Aquí, en cambio, facémolo gratis", dice.

Escapar al covid-19
El boom de la vida cámper no afloja
El fenómeno ya se veía in crescendo durante los pasados veranos pero ha sido en el 2021 donde se produjo la mayor llegada de autocaravanas a la comarca, una manera diferente de viajar cuya masificación en algunas villas y puertos ya se aleja del modo de vida cámper más volcado a las actividades de ocio y naturaleza. Si las autocaravanas más grandes y equipadas buscan el confort y atraen a los sibaritas, la libertad de movimientos de las furgonetas camperizadas es muy apreciada, sobre todo por los jóvenes.

A ellas acude un público muy diferente pero se presta a enganchar a los manitas, a los románticos de una forma de vida "más autónoma" y en general, a los nómadas para quienes las Volkswagen de faros redondos y gran emblema que llevaba la T1 son todo un símbolo que ya va por la sexta generación, aunque tampoco le hacen asco a las Mercedes Marco Polo.

También mariñanos
Es probable que ya existan en A Mariña más autocaravanas y cámper en los galpones de las casas que lanchas guardadas del invierno.

20
Son las áreas públicas y privadas con distintos niveles de servicio para autocaravanas en A Mariña, desde Ourol a Ribadeo. La última en abrir fue la de A Chouza, en Trabada.

Comentarios