El sector hotelero mariñano constata una importante caída de las reservas

El anuncio del cierre de la comarca motivó el éxodo apresurado de turistas y muchas cancelaciones que suponen "un palo económico"
A MARIÑA _ PLAYA CATEDRAIS
photo_camera La playa de As Catedrais, casi sin turistas, este lunes. JOSÉ Mª ÁLVEZ

El sector hotelero y turístico de la comarca mariñana constata una caída importante de las reservas que tenía para el actual mes de julio a consecuencia del empeoramiento de la situación epidemiológica en A Mariña lucense. Las cifras varían según el establecimiento consultado, pero son elevadas en todos los casos.

El director del hotel Cantábrico Thalasso Las Sirenas en Viveiro, José Manuel Pereira, reconocía que este domingo pasado se registraron muchas cancelaciones, pero además hubo clientes que dieron la vuelta cuando estaban llegando. "El palo económico es gordo, porque llevábamos dos semanas buenas, ya se notaba alegría entre la clientela y notábamos que había demanda, además de ganas de pasar el verano en la Costa lucense".

Pereira estimaba que la previsión de ocupación para estas semanas cayó alrededor de un 50%. Las cancelaciones apenas afectan por el momento al mes de agosto. El director del establecimiento asegura que esta situación "es un palo para todos, para el empleo y para todos los negocios de la comarca. Eso también tienen que saberlo quienes nos metieron en esto, porque quién paga ahora las nóminas de los trabajadores".

El director de Las Sirenas lamenta la situación, "es con lo que nos toca jugar, adaptarnos y gestionar todo para volver pronto a la nueva normalidad y que regresen las reservas". Para lograrlo cuanto antes apuesta por tener la máxima precaución y cuidado. "Si esto sirve para respetar las medidas sanitarias de protección, pues ni tan malo será, porque la salud es prioritaria. En este momento hay que pensar que no podemos juntarnos todos como antes, como si no hubiera pasado nada, no podemos confiarnos porque no estamos como antes".

El punto positivo lo pusieron los visitantes que sorpresivamente decidieron quedarse y disfrutar de la zona. Entre estos hay algunos de larga estancia, que preveían regresar a sus domicilios los próximos días 12 o 15. Pereira agradece a los clientes que llaman y que apostaron por permanecer en la zona, pero augura que la lucha por recuperarse será más prolongada por «la desconfianza que se crea». Por ese motivo, desde el hotel se proponen garantizar al máximo los protocolos. "Todos tenemos que ser responsables para salir juntos de esto". Invita a ese esfuerzo colectivo para lograr un beneficio general a largo plazo.

A MARIÑA _ MASCARILLAS EN FPor su parte, la directora del hotel Oca situado frente a la playa de A Rapadoira (Foz), Ana Lago, refiere igualmente muchas cancelaciones para este mes, que calcula en torno al 27%, e incluso cuenta la marcha de clientes que se encontraban alejados en el establecimiento. Entiende que el DOG se publicó muy tarde y algunas personas abandonaron las instalaciones porque "no teníanla certeza de que pudieran irse después".

Ana Lago también confía en que la situación mejore para que no se repitan situaciones de alarma como las viviendas durante la jornada de este domingo pasado, en que el desconocimiento exacto de las medidas de cierre indujo a los clientes a un pánico infundado y a la marcha apresurada.

La responsable del establecimiento focense invita a todos los mariñanos a darse cuenta de que una parte importante de los negocios de la comarca viven y dependen económicamente del turismo, razón por la que piensa que "todos debemos echar una mano para salir de esta situación cuanto antes", subraya. Lago espera que pasado este nuevo confinamiento los turistas puedan regresar de nuevo a la comarca porque "es una riqueza para todos".

Los visitantes que optaron por permanecer en la comarca mariñana pudieron disfrutar en condiciones inmejorables de arenales tan emblemáticos como la playa de As Catedrais, en Ribadeo, donde hubo afluencia de turistas, igual que ocurrió en el paraje de O Fuciño do Porco, en el municipio de O Vicedo. Ambos espacios naturales están sometidos a control y para acudir a los mismos es necesario solicitar previamente cita por internet para obtener los pases.

"Dan coraje los jóvenes, deben concienciarse y tomar precauciones"

A MARIÑA _ TURISTAS VIVEIROJulián Saucedo y Ariana Rial, una pareja de Monforte con dos hijos, decidió permanecer en Viveiro, a donde llegó este domingo para hacer una escapada y desconectar tras unos meses intensos de trabajo durante el estado de alarma en una empresa del sector de la limpieza, que Julián vivió como «si fueran 7 u 8 meses, esto es un parón para retomar el trabajo».

Esta pareja se quedó pese al caos vivido en el establecimiento donde se alojan. "Al principio nos dijeron que teníamos que estar hasta el viernes, pero después indicaron que al no residir aquí podíamos salir", explican en su primera visita al municipio. Por si acaso, Julián ya solicitó a su jefe que le envíe al teléfono móvil un permiso para poder desplazarse.

Ariana está convencida de que se puede contagiar uno "en cualquier lado" y reprocha de continuo a su hijo que no se ponga la mascarilla. Julián asegura que tiene "respeto" al virus, no miedo a contagiarse, pero sí está cabreado ante el hecho de que su madre, que es de un grupo de riesgo, tenga que trabajar en su mismo sector. Por su parte, Ariana asegura que "da coraje la falta de cabeza de los jóvenes" y cree que "mientras no se conciencien y tomen precauciones se repetirán estas situaciones". "Esto se veía venir", añade él.

La empresa en que trabajan no pudo hacer Erte al ser un servicio esencial, pero al perder limpiezas en grandes instalaciones que cerraron se vio obligada a enviar al paro a varios empleados. Julián explica que ahora inciden en pomos, puertas y ascensores, y que los productos pasan factura a las manos pues ya no usan guantes.

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