La Festa do Ourizo de San Cibrao acabó por convertirse en un auténtico clásico a prueba de bombas. Tuvo que venir una pandemia mundial para que le afectase y la aparcase pero, una vez recuperada la normalidad, este evento demostró ayer que continúa siendo intratable como polo de atracción turística para esta localidad. La fiesta, declarada de Interés Turístico Gallego, es una cita que busca potenciar la hostelería de la zona apostando por un producto tan tradicional y tan manejable como es el ourizo, que acepta una gran cantidad de tratamientos diferentes y adaptaciones culinarias muy diversas.
Esto se notó sobre todo en los bares que participaban y que elaboraron recetas muy diferentes que sirvieron durante prácticamente todo el día. Además, estuvo la carpa, que es la que normalmente concentra una gran parte de la actividad de la jornada y de la que se ocupa la organización de la fiesta. Allí se repartieron un total de 350 kilos de ourizo que se servían cocidos.
Entre las recetas que se servían se encontraban las de las tapas ganadoras del concurso gastronómico que se celebró la semana pasada y que en realidad es lo más parecido a una previa de la fiesta en sí misma.
Durante todo el día hubo varias formaciones musicales recorriendo las calles de la localidad para crear ambiente festivo y los bares se esmeraron con sus elaboraciones. Así, la propuesta del Aquelarre, por ejemplo, fue de mar de ourizo, croquetas de ourizo y centollo y garbanzos con ourizo, rape y merluza. En el bar Maruxaina había pastel de ourizo, volcán tropical, pimientos de piquillo rellenos y barquito marinero. En Las Titas, raviolis rellenos de erizo y merluza, pizza de erizo y patacones de plátano y sushi. En O Faro, filloa rellena, cesta de salpicón, fideos chinos con salsa de ourizo y ourizos cocidos. O Noso Lar cocinó torta de pulpo y ourizo, calamares rellenos de ourizo, zamburiñas con ourizo gratinadas y fajita rellena. A Bodega, por su parte, elaboró ourizo sobre tierra y perla de ourizo con cristal de mar, además de nidos y volcán de ourizo.
Mientras en los bares se esmeraban con esas preparaciones en la carpa los integrantes de Mistura se afanaban con la preparación que más se asocia con el protagonista de la jornada, que es simplemente cocido aprovechando la alta carga de sabor que tiene el ourizo y que hace que en realidad precise de muy pocos aderezos para alcanzar siempre un gran sabor.
Como es habitual, para el desarrollo correcto de la Festa do Ourizo siempre hay una gran implicación no solo por parte de Mistura o de los bares que elaboran tapas especiales, sino también del propio gobierno municipal cervense. Su alcalde, Alfonso Villares, siempre fue uno de los grandes defensores del potencial de atracción de esta cita y este año no fue una excepción con un apoyo a fondo para que todo saliese a pedir de boca.