San Aníbal ayuda a 55 familias con 12.000 euros en vales para supermercados

Los cuidadores hacen un seguimiento de las tareas escolares de los 26 niños que acudían al centro de día, que esperan se reabra este mes
AppleMark
photo_camera Religiosas de uno de los centros San Aníbal, durante la visita del obispo el pasado diciembre. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Los centros de menores San Aníbal, que gestiona en Burela la congregación religiosa Hijas del Divino Celo Rogacionistas, pusieron en marcha con la pandemia un programa de ayuda a familias vulnerables de la comarca, donde ya se han beneficiado 55, que reciben semanalmente y durante un mes ayudas económicas en forma de vales de compra para canjear en los diversos supermercados de la zona. Un programa en el que se han invertido ya más de 12.000 euros, del que se benefician 220 personas, de las que 138 son niños y adolescentes.

Una cantidad que se ha ido incrementando a medida que se suman las familias que participan, algunas de las cuales han renovado el proyecto, una vez concluido el primer mes desde su aplicación, que se inició el pasado mes de abril con las familias de los 26 usuarios del centro de día al suspenderse su actividad por la declaración del estado de alarma.

Ayudar a esas familias "que ya tenían bastantes dificultades" fue el germen del proyecto, que fue creciendo con la inclusión voluntaria de otras familias derivadas desde el servicio de Menores de la Xunta "con expediente abierto, pero sin estar en un centro y que entendiesen que hubiera carencias económicas", a las que también se sumaron en una tercera fase familias derivadas de los servicios sociales municipales, cuenta el coordinador de los centros, Jesús Iglesias.

Se han beneficiado de las ayudas 22 familias de Burela, 14 de Viveiro, 10 de Foz, 5 de Ribadeo, 3 de Barreiros y una de Cervo

Los servicios sociales de cada uno de los ayuntamientos son los que se han encargado de la inclusión de las familias y de decidir la cuantía en cada caso, "con el fin de evitar duplicidades", agrega Iglesias, quien explica que se han entregado tanto vales de compra como tarjetas monedero que se van recargando.

Hasta la fecha, se han beneficiado de las ayudas 22 familias de Burela, 14 de Viveiro, 10 de Foz, 5 de Ribadeo, 3 de Barreiros y una de Cervo. En su mayoría, son personas que se han quedado sin trabajo durante la pandemia o están pendientes de cobrar un Erte y para las que sobrevivir sin la ayuda sería mucho más dificultoso.

APOYO EMOCIONAL. Tan trascendental como la ayuda económica es el apoyo emocional que prestan a los menores del centro de día, ahora en sus casas, para garantizar que tanto la convivencia en las mismas como su rendimiento escolar no se viera resentido durante el encierro. En cuanto a esta segunda parte, los cuidadores se han convertido en muchos casos en un puente entre las familias y los centros de enseñanza.

"Hemos hecho un seguimiento escolar, para estar pendientes de todas las tareas. Los cuidadores, en días alternos e incluso a diario si es necesario, continúan en contacto con las familias para ver el desarrollo. Cuando no se podían hacer visitas, aprovechábamos la entrega de material para preguntarles", asevera Jesús Iglesias, respecto de que en muchas ocasiones les hacían llegar las fotocopias de los deberes escolares. Un apoyo que han completado con la cesión de ordenadores y con ocho teléfonos con datos que les cedieron para que los alumnos pudieran seguir con su formación digital.

A ello, se han sumado pautas de conducta y comportamiento con las familias, con el fin de minimizar los conflictos. "Los horarios de estudio, de juego y de limitar el acceso a las redes sociales son importantes para garantizar la convivencia", recuerda Iglesias, quien no oculta la dificultad del teletrabajo en cuestiones en las que se necesita el contacto directo con los usuarios y sus familias.

Desconoce aún cuándo volverá a abrir sus puertas el centro de día y en qué condiciones de capacidad, pues será difícil mantener la distancia social con el mismo número de usuarios, aunque sabe que para algunos es muy necesaria la vuelta, que confía pueda hacerse en este mes de mayo.

Los trabajadores cedieron una parte de su sueldo
La precariedad en la que viven muchas familias se ha minimizado gracias a donaciones como la recibida por Caixabank, que aportó 3.000 euros a través de su obra social para este causa cuyo grueso ha correspondido a la congregación, que en Burela dirige Martina Sentido, y que colaboró con 7.000 euros. Los 2.000 restantes han sido una aportación voluntaria de los trabajadores, que cedieron el 10% del sueldo de abril.
250 euros
Es la media de lo que reciben las beneficiarias con este proyecto, que se ha extendido ya al mes de mayo, tanto con familias que repiten como de nueva incorporación.
Confinamiento
Al centro de día, San Aníbal suma en Burela un centro de acogida, donde varios jóvenes han permanecido durante la cuarentena. «El comportamiento ha sido muy bueno», explica Jesús Iglesias, quien reconoce que ayuda las características de la vivienda, amplia y con espacio para hacer deporte.
 

Comentarios