Saltarse el toque de queda en Ferreira y resistirse puede costarle 9 meses de cárcel

El autor circulaba de noche en una segadora y, al ser interceptado por la Guardia Civil, se enfrentó a los agentes: "estabais mejor muertos en el cementerio, sois unos payasos, tenía que volver Eta y poneros una bomba a todos"
Imagen de un vehículo de la Guardia Civil. EFE
photo_camera Imagen de un vehículo de la Guardia Civil. EFE

Saltarse el estado de alarma y resistirse a la autoridad cuando fue sorprendido puede costarle a un conductor una pena de nueve meses de prisión. El autor circulaba a las once de la noche del pasado 31 de marzo por la localidad de Ferreira de O Valadouro en una segadora cuando los guardias civiles que controlaban el cumplimiento del toque de queda interceptaron al acusado y le solicitaron la documentación. Tras cachearlo, el hombre les dijo que no les reconocía como autoridad y se negó a mostrarles los papeles.

El escrito del fiscal indica que mostró una actitud cada vez más agresiva y profirió en tono airado y despectivo frases de contenido amenazante contra los agentes, tales como "no me calentéis, os vais acordar de mí, estabais mejor muertos en el cementerio, sois unos payasos". Los guardias trataron de calmarlo y al principio se fue cuando le indicaron que se marchase a su domicilio.

Pasados unos minutos regresó provisto de una vara metálica entre sus manos, con la que golpeaba los objetos de la vía que hallaba a su paso y la levantaba haciendo ademán de golpear con ella a los agentes, al tiempo que profería contra ellos amenazas de muerte si no le entregaban la segadora intervenida previamente.

Su actitud cada vez más desafiante, su aproximación a los guardias sin respetar la distancia de seguridad y la contumaz negativa a acatar sus mandatos les obligaron a engrilletarlo para proceder a su detención. Sin dejar de oponer resistencia siguió insultándoles y vertiendo expresiones injuriantes contra ellos, como que "tenía que volver Eta y poneros una bomba a todos, chulos". Ya en dependencias policiales hizo ademán de agredirlos y tuvo que ser introducido por la fuerza en los calabozos, golpeando la puerta.

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