Los diez cepillos de la iglesia parroquial de San Francisco, en Viveiro, fueron el último objetivo de los amigos de lo ajeno, que en la noche del domingo al lunes pasado se apoderaron de la recaudación de los mismos, cuyo importe se desconoce.
La Policía Nacional investiga este robo, para cuya comisión se cree que una persona se escondió en el interior del templo, dado que ninguna de las puertas de acceso está forzada, pero sí los cepillos metálicos, cuyas cerraduras fueron dañadas con algún tipo de herramienta, por determinar.
El ladrón habría abandonado el templo, que cierra a las nueve de la noche, después de forzar y sustraer el dinero existente en los cepillos, dado que para salir no es necesario tener llave, al menos en una de las puertas.