El revuelo social provocó la retención 15 días en Irlanda del buque Punta Candieira

El armador dice que las discrepancias suelen resolverse en tres días y que las deficiencias que les ponían "eran escusas"
El Punta Candieira, en Celeiro. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera El Punta Candieira, en Celeiro. JOSÉ Mª ÁLVEZ

El armador del palangrero Punta Candieira, con base en el puerto vivariense de Celeiro, indicó este martes que el revuelo social y las protestas por la escasez de cuotas que tiene Irlanda alargaron su apresamiento. Su retención en el puerto de Cobh, dentro del condado de Cork, se hizo bajo la acusación de supuestas infracciones a la normativa pesquera. El barco estuvo retenido 15 días cuando lo normal serían tres o cuatro de existir alguna discrepancia, según el armador, Luis Tojal.

Los inspectores y la Marina de aquel país les pusieron diferentes pegas que supuestamente afectaban a la navegación cuando tenían todo en regla, según los responsables del pesquero celeirense. Entre las deficiencias señaladas por las autoridades irlandesas figuran el mal estado de unas bandas reflectantes, que no disponía a bordo de todas las cartas náuticas de Irlanda o que el tubo del disparador automático que se acciona en caso de incendio debía ser de acero inoxidable en vez de cobre, como el que tenía el palangrero de Gran Sol, que en España está permitido. A modo de anécdota, Tojal indica que allí tardaron cuatro días en conseguir el tubo que les solicitaban.

"O problema non é o Punta Candieira, que leva catorce anos pescando alí, senón as cotas de pesca que ten Irlanda, polo que hai protestas alí, pero as cotas fíxaas a Unión Europea, son para todos e cada un ten as que ten", dijo Tojal. Ese malestar hizo que su retención coincidiese con una fuerte movilización del sector pesquero irlandés.

El palangrero de Celeiro, que hizo 40 entradas en puertos de aquel país en el pasado 2020, nunca se vio envuelto en semejante enredo. "Cando hai algunha discrepancia, non é normal que vaia o patrón ao xulgado nin que o inspector aproveite que está fóra do barco para facerlle unha revisión. Ademais é a primeira vez que a Mariña irlandesa se mete niso", señala Tojal sobre lo sucedido.

La casa armadora tuvo que depositar una fianza de 170.000 euros para lograr la liberación del barco, sobre cuyo patrón pesa una acusación de supuesta pesca ilegal dentro de las 12 millas exclusivas del país tras denunciarle un arrastrero local que pretendió cortarle su aparejo. El juicio será el 2 de julio. El barco volverá a zarpar de Celeiro hacia Gran Sol el lunes próximo, aunque no prevé faenar en la misma zona.

Comentarios