Buzos de la Guardia Civil, con el apoyo de compañeros en tierra, así como de agentes de la Policía Nacional, realizaron este viernes una segunda inmersión en la zona del muelle deportivo y alrededores de donde apareció el pasado 27 de diciembre el coche del vecino de Viveiro Alejandro Meitín San Isidro, al que se perdió la pista el pasado día 15.
El hallazgo doce días después de su turismo en el fondo del mar llevó a encarrilar la investigación hacia que el joven —que desapareció tras acudir a una cena de empresa en un local de la ciudad— pudiera haber sufrido un accidente cayendo con su vehículo en la zona del puerto deportivo. Aunque se rastreó la zona el día en que un marinero alertó de la presencia del coche en el fondo del mar, sin resultados positivos, este viernes se procedió a una nueva inmersión, que trataba de determinar que el cuerpo no pudiera haber quedado enganchado en el fondo, donde había bastante fango, o en alguno de los pantalanes próximos, que hubieran evitado que el cadáver saliera a la superficie.
En el rastreo, que se prolongó durante cerca de dos horas y en el que las autoridades intentaron la discreción, los agentes no encontraron nada para desesperación de la familia del Álex, que ve cómo pasan los días sin saber nada de su ser querido, que desapareció sin dejar rastro.
Alejandro, de 34 años de edad, fue visto por última vez en la mañana del día 15 de diciembre, después de abandonar el local donde cenó con sus compañeros de trabajo. En su entorno más próximo siempre barajaron que la desaparición no se debía a causas voluntarias, por lo que peinaron todos los caminos posibles hasta su domicilio en Vieiro para descartar que pudiera haber sufrido un accidente.
Eso es lo que parece cobrar más fuerza, tras aparecer su coche en el mar, con la ventanilla del piloto abierta, lo que podría llevar a pensar que trató de salir del vehículo, un Ford Fiesta gris. Un coche que no se sabe con certeza qué día cayó, lo que sería clave para saber lo que pudo hacer Álex desde que se le echó en falta.
