Los residentes en tres casas dañadas por la riada aún no pudieron regresar a ellas

Un mes después de la catástrofe en Xunqueira los vecinos continúan reparando los desperfectos en sus propiedades

Propiedades de un vecino que no pudo volver a su casa y al que la riada llevó parte de otra y un alpendre. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Propiedades de un vecino que no pudo volver a su casa y al que la riada llevó parte de otra y un alpendre. JOSÉ Mª ÁLVEZ

VIVEIRO. Esta noche se cumple un mes de la fatídica riada que asoló el barrio vivariense de Xunqueira, donde el caudal se elevó cerca de dos metros junto a las casas y causó daños en decenas de ellas, además de llevarse por delante la vida de una vecina. Son varias las viviendas que todavía hoy están inhabitables y en algunas no vivía nadie pero en tres sí residían vecinos que aún no pudieron regresar y que continúan alojados con familiares.

Uno de estos afectados es Manuel Docal, vecino de la zona alta del barrio, A Carrapota, que el día de la riada tuvo que salir de su casa por una ventana después de que el agua arrancase la puerta y anegase completamente la planta baja, donde todo se echó a perder por el lodo. «Na casa aínda non fixen nada, levoume todo», comentaba ayer el hombre, al que la riada tiró también buena parte de un alpendre -que acabó de demoler con ayuda de vecinos y familiares- y la esquina de otra casa de su propiedad, que queda ahora suspendida sobre el río y cree que tendrá que derribar.

«Este mes estiven traballando, tirando a cabana onde tiña a calefacción, que ma fastidiou», lamenta el vecino, que está viviendo temporalmente en la casa de su hermana y cuñado. «De momento non sei cando volverei para a casa, quería acondicionar todo un pouco e tanto me dá estar alí quince días máis ou menos», apuntaba. El afectado confía en tener alguna ayuda para hacer frente a la reparación de los daños, que en su caso fueron muchos. «Trouxen ao notario e levei ao concello as fotos dos danos e as escrituras das propiedades, pero de momento non sei nada», comenta.

Además de Manuel Docal, también continúan fuera de sus hogares la hija de la mujer fallecida, que vivía con ella, y otra familia formada por un matrimonio joven y sus dos hijos de doce años, cuya casa también resultó muy dañada ya que el agua arrancó de cuajo la puerta principal y dejó todo inservible en la planta baja.

Desde la asociación Valdeflores que agrupa a vecinos del barrio su presidenta, Elisa López, dice que están «vixiantes» ante la reparación de los daños en la zona y agradeció que el Concello empezase a arreglar el pavimento de la calle en el que el agua se llevó losetas, lo que dificultaba la circulación rodada. Añade que saben que los operarios de Augas de Galicia «veñen limpando dende río arriba» y confía en que se actúe de nuevo en la zona baja, donde el lecho tiene poca profundidad por el arrastre de piedras y tierra. «O que queriamos era que lle deran profundidade ao río, que xa empeza o inverno e chover vai chover», comenta sobre una zona en la que el Concello actuó de urgencia para liberar un poco el río y colocar una barrera que impida que se desborde hacia las casas.

«Foi un desastre, son moitas cousas as que quedan pendentes. Hai casas que están tirando por dentro, que lles falta todo, e o convento segue sen limpar», apunta la presidenta de la asociación de vecinos, quien sabe de casos de afectados en los que los seguros «xa lles foron pagando» y espera que poco a poco se restablezca la normalidad.

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