O Rei das Tartas sufre en cinco años el octavo robo de la máquina tragaperras

El empresario no renuncia a las recreativas pese a lo reiterado de estos delitos en su cafetería

Cafetería de O Rei das Tartas. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Cafetería de O Rei das Tartas. JOSÉ Mª ÁLVEZ

La cafetería que los hosteleros propietarios de O Rei das Tartas tienen al pie de la N-634 en Mondoñedo volvió a sufrir otro robo y, de nuevo, la tragaperras fue el objetivo del delito. El dueño, Carlos Folgueira, había estado sin este recurso durante seis meses, precisamente como consecuencia de los desperfectos que sufrió el aparato tras el último allanamiento. Pero, nada más reponerlo, los ladrones apenas han esperado dos meses para volver a allanar el local y eso que "había camioneros durmiendo en su vehículo esa noche en el párking, pero no escucharon nada", admite el empresario.

La alarma saltó a la una y media de la madrugada de este martes. Los cacos apenas estuvieron unos segundos en el local. En esta ocasión, en lugar de los dos individuos que se veían en otras grabaciones de las cámaras de seguridad, esta vez parece que se trataba de tres personas. "Entraron por la puerta principal de cristal, movieron la cerradura de hierro para forzarla y luego fueron directos a por el cajetín de la máquina que debía de contener unos 200 euros", señala el propietario, Carlos Folgueira.

Él calcula que ya van "siete u ocho robos en cinco años", aproximadamente, aún así no renuncia a ofrecer a sus clientes este servicio de las tragaperras. Eso sí, confía en que las próximas traigan incorporado un sistema de seguridad, con tensores en su interior, que les dificulte enormemente a los ladrones el poder abrirla.

Folgueira no cree que los delincuentes sean de la zona, sino más bien grupos organizados que utilizan la carretera nacional o la Autovía A-8 para escapar.

"Hace tiempo cogieron a un grupo y decían que se les achacaban este tipo de delitos pero desde entonces no he sabido de más arrestos y desde luego, nunca recuperé el dinero de la máquina", asegura con resignación el hostelero que ha tenido que volver a enviar a la empresa que gestiona el material el equipo para su reposición porque la reparación, debido al destrozo, parece inviable.

El local suele cerrar entre semana pasadas las once de la noche y el robo se produjo apenas dos horas más tarde. Los ladrones aparcan en una especie de ángulo muerto para las cámaras del establecimiento, que están dispuestas para grabar el interior pero que tal vez podrían captar algo de fuera.

En apenas unos segundos fuerzan la entrada y después la máquina, por lo que ni siquiera los camioneros que dormían afuera en sus vehículos se percartaron de lo ocurrido hasta que saltó la alarma. Fue entonces cuando rápidamente se presentaron en el lugar la Guardia civil y el propietario.

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