Las rederas reclaman cursos para garantizar el relevo generacional

En Burela solo trabajan siete mujeres, la más joven de 50 años de edad, cuando la carga de trabajo daría para dos o tres personas más

Las rederas de Burela, en la nave que tienen en el puerto, donde cosen diferentes artes. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Las rederas de Burela, en la nave que tienen en el puerto, donde cosen diferentes artes. JOSÉ Mª ÁLVEZ

El mar sigue siendo una fuente de ingresos importante para la comarca mariñana y las rederas una pieza vital del engranaje, aunque siguen sin lograr la consideración que se merecen, tanto a nivel salarial como a la hora de poder jubilarse e incluso para que se reconozcan sus enfermedades profesionales. A pesar de ello, aman su trabajo y lamentan que no exista un relevo generacional, lo que achacan a la falta de cursos para formar a nuevas profesionales.

Unos cursos de capacitación que son imprescindibles para darse de alta y emplearse en este sector, "pero que nós levamos tempo reclamando e non os conceden", recuerdan desde la asociación de rederas Cabo Burela, que en la actualidad engloba a siete mujeres, aunque tienen carga de trabajo para una decena. "Para dúas ou tres persoas máis habería traballo, porque agora mesmo hai máis do que podemos abarcar e temos que mandar para fóra", asegura la presidenta de la entidad, María Jesús Alonso Pérez.

Esta asociación llegó a contar con diez miembros en el ejercicio en que más hubo, desde su constitución en 2008, pero "nun ano, de decembro a decembro, xubiláronse catro", rememora la presidenta.

La artritis, el túnel carpiano o las dolencias cervicales son frecuentes en esta profesión por las condiciones del trabajo

Todas ellas tuvieron que esperar a cumplir los 65 años y las que están en activo -la más joven, de 50- verán retrasada la edad de retiro si las normas no cambian, ya que las rederas se mantienen como el único subsector de la pesca que no tienen coeficiente reductor en la jubilación. Una discriminación contra la que llevan años luchando, "sobre todo dende que se formaron as asociacións, no 2000", aunque de momento no hubo ningún avance y dudan que lo vaya a haber a corto plazo.

El último intento parte del PNV que, con el apoyo de Compromiso por Galicia, presentará una interpelación en el Senado, en la que además de reclamar que pueda rebajarse la edad de jubilación, un privilegio con el que cuentan hasta los administrativos de las cofradías, pretenden que se les reconozcan enfermedades profesionales como las que tienen derivadas de su trabajo.

La artritis, el túnel carpiano o las dolencias cervicales son las más comunes, derivadas de las condiciones en las que trabajan, pues "estamos aquí faga calor ou frío e este ano ata nos choveu dentro", dice María Jesús, señalando un lateral de la nave que tienen en el puerto burelés y por el que este invierno corría el agua por la pared y eso que las condiciones algo mejoraron pues hace años el cerco se cosía fuera.

ORGANIZACIÓN. Ahora, al contar con espacio suficiente todo se hace en el interior de la ya conocida como nave de las rederas y, además de esta arte, las burelesas cosen palangre, volanta, volantilla, miño y hacen nasas, aunque estas en menor medida "porque non é algo que se estropee tanto". Al resto de las artes de pesca, dedican todo el año aunque respetando las temporadas de cada pesquería, pues "volantas non hai no tempo do bonito e volantillas cando van ao polbo tampoco as temos", cuentan.

Todas cosen todas las artes aunque dependiendo de la carga de trabajo reparten según el arte "no que cada unha rinde máis, pois acostuma haber un que che gusta máis ca outro", afirma la presidenta, mientras una de sus compañeras está al miño y otras "entrañando" una volanta. "Cada unha fai o seu labor e cobra por el, pero organizámonos ben", cuenta en un ambiente de trabajo en el que se respira familiaridad y compañerismo. "Levámonos ben, aínda que si hai que cantar as 40, pois tamén se fai", reconocen las mujeres, que de vez en cuando se reúnen para pasar algún rato de ocio juntas, para comer o cenar, también con sus parejas, "se cadra", relatan.

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