Recuerdo a flor de piel

Los tatuadores no pararon en 2020, aunque se vieron afectados por los cierres perimetrales
TATUADORES DEL ESTUDIO DE TATUAJES DE VIVEIRO-FOTO JM ALVEZ
photo_camera Integrantes de Tatto Estudio. JOSÉ Mª ÁLVEZ
Mucha gente aprovechó el 2020 para dejar un recuerdo en su piel. Aunque quizá en demasiados aspectos fue seguramente un año para olvidar, el trabajo de los tatuadores no disminuyó en exceso. "No sé si la gente le estuvo dando mucho a la cabeza durante el confinamiento, pero sí es cierto que como no se pudo viajar, ir a conciertos o salir de fiesta muchos aprovecharon el dinero que no se gastaron para hacerse un tatuaje", afirma Iván Roel, manager y uno de los socios de Viveiro Tattoo Estudio.

A prácticamente la misma conclusión llega el burelés Héctor Manasé, que va a cumplir tres años en la profesión de tatuador, trabajando desde hace dos en el estudio ovetense El Gordo Tattoo y que también realiza colaboraciones en Sargadelos con EnigmaTattoo. "A xente tivo moito tempo para pensar eses dous meses pechada na casa e, como coincidiu que non se puido viaxar nin ir a festivais, decidiron gastar en tatuaxes eses cartos que tiñan para outras cousas", sostiene.

IDEAS CLARAS. Algunos llegaron al estudio con las ideas muy claras. "Houbo casos que nos comentaron que levaban tempo querendo facer certa tatuaxe e mentres estiveron encerrados na casa déronlle voltas. Así chegaban xa cunha idea bastante clara e logo ti vas reformando ata chegar á tatuaxe final", explica Manasé.

Aunque no detectaron que apareciese una corriente relacionada con el covid, en algunos estudios sí les solicitaron trabajos referentes a esta temática. "Sempre houbo xente que se vén tatuar datas importantes e logo do primeiro encerro si que houbo algún cliente que pediu algo relacionado co covid. É algo que vai formar parte da historia, pero tampouco é que fora moita xente nin que se puxera moi de moda", apunta el tatuador burelés, que sí recuerda el caso de unas enfermeras. "A mesma semana viñéronnos tres enfermeiras que querían facer o mesmo deseño. Era algo moi sinxelo, unha tirita cun corazón. E algún caso máis dese estilo si que tivemos no noso estudo", rememora Manasé.

Los vivarienses de Viveiro Tattoo Estudio no han tenido pedidos relacionados con el covid. "Sí que hemos visto cosas en internet, pero aquí no nos pidieron. Cuanto más lejos el coronavirus, mejor, y que desaparezca el bicho lo antes posible", comenta Roel.

Al igual que Manasé, no consideran que hayan cambiado en exceso las tendencias de moda en el mundillo por la pandemia. "Los tatuajes suelen ser particulares y cada persona es un mundo. Después puedes decantarte por una escuela más tradicional, tirar por la más vanguardista o por una gama de color concreta, algo que ya es también cuestión de cada uno, pero en el aspecto temático no creemos que influyese el covid", aseguran desde Viveiro.

SEGURIDAD. Las medidas sanitarias que tuvieron que tomar todos los sectores apenas se dejaron notar en el mundo de los tatuajes, "porque aquí antes de la pandemia ya se usaban guantes, gel hidroalcohólico y se desinfectaba todo convenientemente, así que lo único que se introdujo a mayores fue el uso de la mascarilla", señala Iván Roel. "A rutina é a mesma que tiñamos antes. Só está o tema da máscara, que agora traballamos sempre con ela posta", confirma Manasé.

En este aspecto, los dos recalcan que tatuarse es una de las cosas más seguras que hay y destacan la colaboración de los clientes. "La gente es muy responsable y hemos tenido casos de personas que habían tenido algún caso en su empresa y nos llamaron para cambiar la cita para más adelante. Si ven que puede haber algún riesgo, ellos mismos se anticipan y eso es digno de agradecer", ensalza Iván Roel.

En cuanto a que el miedo al contagio pudiera retraer a la gente es algo que desechan: "Pudo haber algún caso que prefiriese esperar a que se recupere la normalidad total, pero la mayoría no cancela porque tiene ganas de tatuarse y respetamos al máximo todas las medidas sanitarias", puntualiza el propio Roel.

Lo que sí les afectó fueron los cierres perimetrales. "Un negocio de un pueblo de A Mariña vive realmente de toda la comarca, así que los cierres perimetrales sí que afectaron mucho al negocio porque, cuando se dan estas restricciones, nos vemos obligados a cancelar y mover muchas citas", lamenta Iván Roel.

"Cando saímos do confinamento houbo moítisimo traballo. A xente saíu moi animada e no estudo onde traballo en Oviedo somos catro tatuadores e non paramos. Faciamos varias tatuaxes ao día", relata Manasé.

En cambio, todo cambió cuando cerraron perimetralmente Oviedo: "Notámolo un montón, houbo un baixón grandísimo e facíanse moi poucas tatuaxes. De feito, case compensaba que non deixaran ter os estudos traballando. Só podíamos tatuar a xente de Oviedo e hai moita que está sen traballar e non pode ou non quere gastar neste momento. En decembro volveu haber un pequeno repunte e xa volve haber traballo", explica.

REGALOS. La Navidad ha ayudado a reactivar un poco el sector. "Duns anos para aquí parece que a xente xa ve un pouco máis normal regalar tatuaxes. Nós temos vales regalo e antes do Nadal vén moita xente para agasallar nestas datas", asegura Manasé. Y, a punto de cumplir dos años de trabajo en el estudio asturiano, también observa que la media de edad de la clientela se ha diversificado. "Noto que cada vez vén tatuarse máis xente e os maiores vaise animando. Parece que duns anos para aquí, o tema das tatuaxes se vai asentando máis na sociedade", concluye el burelés.

Los cierres perimetrales también han alterado la agenda de los tatuadores mariñanos. En Viveiro Tattoo Estudio tatúan como residentes Marco Paraños, especialista en tatuaje tradicional y japonés, y Etor Toral, más enfocado al estilo neotradicional, acudiendo con cierta regularidad como invitados Iván Pérez -tradicional- y Skaisse, experto en realismo y black and grey. "Ellos se pueden mover por trabajo y por ejemplo Iván, que habitualmente está en A Coruña, sí ha venido bastante para atender a clientes de aquí, pero esto afectó bastante porque al final es inevitable que haya menos movimiento de tatuadores", señala Roel.

De hecho, su socio Marco Paraños solía acudir con regularidad a un estudio de A Coruña y ahora prácticamente ha reducido al mínimo las visitas, además de tener que cancelar un evento meses atrás.

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