¿Quién se mueve con esta crisis energética?

Primero la pandemia, después el descenso de camiones por el parón de Alcoa y ahora la guerra. Empresas y ciudadanos no aguantan
Plácido Fernández, en la gasolinera de la recta de Gran Sol en Cervo, con precios de hace semanas. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Plácido Fernández, en la gasolinera de la recta de Gran Sol en Cervo, con precios de hace semanas. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Hasta febrero la pandemia había afectado más a las gasolineras que la subida del precio de los combustibles, según el responsable de la estación Gran Sol, en Cervo. Sin embargo, el estallido del conflicto bélico en Ucrania cambió por completo el escenario y ahora la subida continua de los combustibles es su principal quebradero de cabeza. El precio del litro subía antes uno o dos céntimos, pero ahora puede alcanzar los 6 céntimos diarios. Esto provoca que las ventas vuelvan a caer, ya que la ciudadanía recorta en desplazamientos. "Hai incerteza, nunca se vira este prezo, o barril si estivo máis alto en 2008, a 148 dólares, hoxe oscila de 123 a 124, pero o prezo do litro nunca chegou a isto", resume el gerente de la gasolinera de la recta de Gran Sol, Plácido Fernández Pita.

Las estaciones de servicio no aprecian cambios sustanciales en aquellos que necesitan el coche para trabajar y también ven cómo los profesionales del transporte están contra las cuerdas: "Un camión surte dúas veces á semana, 1.500 ou 1.600 euros, e os transportistas non poden subir os portes sen negociar antes cos supermercados e empresas, agora están absorbendo eles todas as perdas, a situación dos profesionais é inaguantable, 20 días máis así e para o país". Esta subida se suma a que "moitas empresas quedaron xa danadas pola pandemia. Nesta zona tamén inflúe moito o parón de Alcoa, pois hai menos saídas de camións", destaca Fernández Pita.

El tráfico de vehículos pesados desde la factoría aluminera se vio mermado de manera considerable, lo que repercute mucho en las gasolineras más próximas, como la cervense. "O depósito dun camión leva 700 litros, fan falla 30 coches para gastar o que leva un". El sector forestal y el pesquero son ahora el salvavidas de las estaciones de servicio en cuanto a vehículos pesados.

GLP. La alternativa para surtirse está en el GLP, a 0,88 euros el litro, pero la cifra de clientes con vehículos que utilizan ese combustible es pequeña y supone el 0,5% del consumo de una gasolinera, según Fernández. Este es un combustible que en verano sube porque es más usado en caravanas y solo los vehículos de menos de 16 años pueden pasar a usar este combustible.

Recorte en el ocio
Menos tráfico los fines de semana
Los gastos aumentaron mucho en general, por lo que las familias aplican recortes en lo que menos perjuicio les causa. "Esta estrada –por la N-642–, que é bastante transitada, ten agora menos tráfico as fins de semana e pola semana despois das oito da tarde tamén está practicamente sen movemento", subraya Plácido Fernández. "Se antes ías a Lugo ou á Coruña en viaxes de ocio agora pénsalo máis ou deixas de facelos", constata. También reconoce que el verano pasado se reactivó la situación, pero no se recuperó y todavía quedó un 15% por debajo de 2019, el año que toma como referencia al ser previo a la pandemia. "No 2021 subimos un 6 ou 7% respecto ao 2020, pero a crise incidiu moito no sector servizos, non hai o movemento nin a alegría de antes, vimos duns anos de moita dificultade", recalca desconociendo lo que está por venir.

"Botan as mans á cabeza"
Los particulares no dejan de reaccionar a las continúas subidas: "É unha auténtica salvaxada, porque sobe todo, tamén o gas, a electricidade e todos os produtos da tenda, os comestibles. Antes con 100 euros comprabas algo, agora o diñeiro non chega a nada. A xente ao surtir bótase as mans á cabeza".

20 euros en un mes
Llenar un depósito medio de 55 litros a principios de febrero, en Cervo, cuando el litro de gasóleo estaba a 1,45 euros, costaba 72,50, y el pasado jueves suponía 89 euros al pagarse a 1,85, a punto de sumar 20 euros de diferencia en poco más de un mes.


RECUPERACIÓN ABORTADA. Ramón Vázquez, copropietario da estación Buena Vista de Viveiro, corrobora el descenso del tráfico y de las ventas que lleva asociado. "A xente mídese máis á hora de surtir. Co covid houbo un baixada importante, notouse unha pequena recuperación no 2021, pero estamos aínda un 15% por debaixo".

Desde esta estación estiman el incremento del precio del combustible entre el 25 y el 30%, lo que origina "máis contención, déixase o coche na casa, agás o que o necesita para traballar, que se queixa moito das subas". El litro de gasóleo subió más de 35 céntimos por litro con relación al ejercicio anterior, y la gasolina, más de 30 céntimos. La mayor parte del parque de vehículos mariñanos es diésel. Llenar un depósito medio cuesta ahora 30 euros más que hace un año.

En cuanto al gasóleo de calefacción, que también despachan con Gasóleos Viveiro, el incremento es asimismo considerable y el precio se acerca al euro, desde agosto pasado subió más de 20 euros llenar un depósito. "A xente cando fai frío di que está caro, pero botan o mesmo", dice.

Víveres, electricidad o combustibles, todo se dispara: "antes con cen euros comprabas algo, agora non chega a nada"

ELÉCTRICOS PUROS. Todavía cuesta ver vehículos puramente eléctricos, la electrificación e incluso los vehículos híbridos son sobre todo apuestas particulares, aunque en Viveiro la Policía Nacional ha incorporado alguno de estos últimos. Solo algunas empresas parecen dar el paso, aunque sea tímidamente. En Burela, un concello de pequeña extensión y eminentemente urbano, la concesionaria del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos sí utiliza una furgoneta eléctrica pura. Se trata de un Nissan e-NV200 que ahora monta una baterías de 40 KW/h y se vende con capacidad para recorrer 301 km en ciclo urbano, con una recarga. Por carretera, la homologación es para 200 kilómetros.

Vehículo eléctrico del servicio de limpieza y recogida de basuras de Burela. D.V.
Vehículo eléctrico del servicio de limpieza y recogida de basuras de Burela. D.V.

Los vehículos eléctricos están aquí para quedarse y aunque todavía tienen sus pegas y les quede un evidente camino por recorrer, ya ofrecen ventajas enormes que conoce bien José Luis Balseiro, comerciante de Telbar de A Pontenova y presidente de la Acia local que se hizo con una Peugeot Partner totalmente eléctrica. "O único gasto que deu foron dúas rodas, moitísimo menos que calquera coche que tivera antes, e iso que eu non son de ir despacio". Su caso es particular porque además de tener un vehículo eléctrico lo utiliza para trabajar. Reside en Ribadeo y cubre el trayecto entre esta localidad y A Pontenova prácticamente a diario. El coche va para dos años y los gastos que ocasionó fueron cero, salvo unas ruedas: "Non tivo mantemento de ningún tipo".

Al hablar de un coche eléctrico, es inevitable lanzar la pregunta que todo el mundo tiene en mente: el tema de la electricidad, que para él es algo extremadamente sencillo, y barato en comparación con los motores habituales tanto de gasoil como de gasolina. Asegura que no hay color.

En el apartado del consumo indica que "si que se nota no recibo da luz, pero por agora pouco, iso foi algo que tamén me sorprendeu, que pago algo máis de luz, pero moi pouco".

En cuanto al consumo, él lo tiene bastante bien medido: "Como normalmente fago a viaxe entre A Pontenova e Ribadeo, diría que me consume a metade da batería".

José Luis Balseiro usa su eléctrico entre Ribadeo y A Pontenova. J. Mª ÁLVEZ
José Luis Balseiro usa su eléctrico entre Ribadeo y A Pontenova. J. Mª ÁLVEZ

Sobre la valoración exacta en euros de ese consumo, dice que es realmente complicado determinar cuánto dinero le puede suponer y eso que él se mueve también profesionalmente en el ámbito de la electricidad: "Púxenlle un contador eléctrico e cheguei á conclusión de que, en realidade, é imposible calculalo con exactitude porque varía moitísimo. Ao final depende de bastantes cousas e incluso o mesmo coche non sempre gasta o mesmo porque hai que ter en conta moitas variantes distintas que non se teñen en conta nun motor de combustión dos habituais".

PROBLEMAS. Más allá del consumo, sí que le encuentra algún problema "e sobre todo eu diría que me levei certa decepción coa autonomía". Cuando la compró estaba indicada para una autonomía de 170 kilómetros "e eu xa sabía, ou intuía, que iso non ía ser así, pero pensei que ao mellor 130 ou 120 kilómetros si que aguantaba. Pero a realidade é que máis ou menos está en 100 kilómetros, esa é a realidade do que podes ir sen recargar a batería".

Además tiene algún problema que genera en función del clima exterior "porque se tes que poñer a calefacción tira moito máis da batería". Con todo, sabe que si en lugar de hacer un viaje diario entre Ribadeo y A Pontenova de ida y vuelta "vivise nun dos dous sitios e me movese só por alí, aguantaría moito máis e entón si que sería un aforro aínda máis importante". De la velocidad, la máxima son 115 kilómetros por hora. Él hizo la prueba y, al final cree que "é o que dá, pero xa non está nada mal".

Los vehículos con motores totalmente eléctricos tienen un hándicap en la distancia sin recargar

Sí le nota un cierto problema al tema del precio "porque custou 37.000 euros e hai que pensar que por exemplo o Tesla máis barato anda algo por riba dos 50.000 euros, e claro, non hai nin punto de comparación. Penso que niso si que aínda teñen que mellorar bastante os fabricantes porque esa diferenza tan pequena de precio entre unha Partner e un Tesla, pois penso que non pode ser".

Como balance, dice estar contento porque apenas le da problemas ahora que ya controla el triángulo que conforman los tiempos, los consumos y las recargas. De hecho, explica que tiene un Chrysler de gasolina "que xa practicamente non collo, ás veces móvoo adrede para encendelo e andar algo".

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