Como haría un buen criador al cruzar el carácter y resistencia de un caballo árabe con la fortaleza de otro nórdico, nuestro protagonista de hoy es un mecánico joven pero con mucha experiencia a la hora de preparar coches con posibilidades deportivas. Ese girar un poco más la tuerca para reforzar su raza competitiva. Por las manos de Marcos Machado Pacheco y el taller vivariense con solera donde trabaja desde 2015, Talleres San Lázaro, pasan todos los días muchas máquinas, no solo los Ford que allí conocen bien. Y las que él ha ido seleccionando para su cuadra particular tienen un claro sabor racing pues los reforma con el fin de sacarles el máximo rendimiento posible, sin los excesos del tunning. Su joya en estos momentos es un Ford Focus RS de tercera generación, de los que se ven muy poquitos (en blanco todavía menos pues los más vendidos son en azul o gris) y que compró nuevo en agosto del 2018 en la concesión de Ourense.
Ya entonces venía con el máximo equipamiento y piezas de competición ajustadas en la versión Performance, a cargo del preparador británico Mountune. Es bastante distinto a sus otros hermanos de calle pues calza unas ruedas de circuito de 19 pulgadas (235/35 R19 y llantas en negro) tiene tracción total, faros bixenón, asientos Recaro en piel, techo solar e incluso volante con calefacción, por si a alguien se le ocurre homenajear en alguna carretera nórdica al que fuera gran domador del modelo, el malogrado campeón escocés Colin McRae. Este fue el que comenzó a darle victorias WRC al equipo Ford Rally Car hace ya veinte años y, por cierto, el mes próximo van a subastar uno de sus MK1 en Silverston, estimándose su precio sobre 400.000 euros.
Habrá quien piense que para coleccionar o por capricho estarán bien, quien pueda, pero ¿para qué tantas prestaciones si no se puede correr? Decir que este es un coche para correr en circuitos y que de calle aporta una rapidez en adelantamientos o seguridad en curvas y frenadas que no son las habituales de coches 'normales'. "É para conducir eu", dice Marcos, reconociendo que la generación RS que más le gusta es, por imagen, la segunda; la MK2, del que se ven pasar algunos por A Mariña. Su aspecto musculoso, ancho, y ese alerón en lo alto, donde muchos creen que hasta los mosquitos pueden hacer surf, sigue teniendo tirón pero Marcos se decidió por el MK3 al montar una tracción bastante mejorada que permite exprimir sus seis velocidades en modo 50% de fuerza a cada eje o para drift (derrape) llevando un 70% al eje posterior. Lo sport prima sobre la comodidad.
Aquí los diferenciales autoblocantes son clave y están en el precio pero este aficionado al motor —que no a los rallys—, todavía le hizo más cosas: un spoiler en carbono, embrague cerámico, pastillas de freno Ferodo S2000, un intercooler más grande para mejorar la refrigeración, otra válvula de descarga, o una reprogramación del motor que puede incrementar unos cien caballos la potencia original del 4 cilindros de aluminio y 350 CV de fábrica. Con él lo homologaron para cubrir el 0-100 km en 4,7 segundos, así que podemos imaginar la salida de tal caballería Focus que heredó el motor del Ford Mustang, pero con turbo de doble entrada y las admisiones grandes.
"Eu non paro, todo o que sei aprendino de andar nos coches e a miña intención é forxar o motor ata sacarlle uns 690 CV, e despois vendelo", dice el propietario, que reconoce haber partido una caja de cambio recientemente con sus pruebas y sabe que Mountune ha sabido sacarle 520 CV. Él cogería la carrocería del MK2 y la tracción del Mk3, con el motor 2.5 de Volvo que traían los anteriores, para experimentar. Señala las grandes reformas y reprogramaciones que llevan a cabo nuestros vecinos portugueses, muy apasionados de los coches y sus prestaciones. Es como llevar a los deportistas al máximo rendimiento y potenciar lo que ya en su día el piloto de rallys y rallycross estadounidense Ken Block evolucionó con detalle y gran espectáculo en sus mundiales y ginkanas. Block falleció hace un mes en un accidente con una moto de nieve. Al igual que McRae, que murió en accidente de helicóptero, siempre se llevó mejor con las cuatro ruedas.
A Marcos, de 31 años y oriundo de Rúa (Cervo), le encanta este mundo, aunque sea para comprar-mejorar-vender o ir a alguna concentración. Comenzó en el taller de Hermanos López en San Román de Vilaestrofe y su sueño pendiente de cumplir es traer un Nissan GTR, el 34 , coche mítico para amantes de la gasolina y gran mecánica. "O día que sexan todos eléctricos eu rompo o carné, ou que mo saquen", afirma entre bromas, aunque ya conoce las tripas del Mustang eléctrico y otros por el estilo, dada su actualización como profesional de los hierros, ahora cargados de baterías.
Basta ver los modelos que han pasado por su ‘cuadra’ para darse cuenta del tipo de coches que le atraen. Los de calle pero con posibles. Su primer vehículo ya tenía vitaminas extra, era un Ford Fiesta XR2 y desde entonces ha ido comprando, preparando y soltando modelos como el Seat León FR (Fórmula Racing), de los que tuvo dos, otro León Sport, un Peugeot 306 GTI, el clásico Citroën Saxo VTS de los jovencitos, el Opel Astra GSI, el también muy cotizado BMW M3 o el más buscado todavía en estos días BMW E36. "Comprárao en 12.000 euros e vendino en 15.000, pensando que lle ganaba cartos pero agora pagan por eles más de 30.000 euros", reconoce. Este mundo es como el de los hipódromos, hay que saber apostar al que mejor cubra los últimos metros. Que en ‘Top Gear’ o ‘Jay Leno’s Garage’ hayan probado a fondo el Focus RS también indica el buen ojo de este mariñano.
Como vecino entre la costa y la montaña, tampoco le hace ascos a los 4x4 y al monte. De hecho, además de moto de Enduro tuvo un Suzuki Vitara 1.6 16V, un Mitsubishi Montero y el más decepcionante Opel Frontera 2.9 pero hace poco un compañero lo invitó a una concentración 4x4 del tipo dominical que organizan en Foz y se vino con un Nissan Patrol GR Y60 comprado...que ha reformado y pintado a su gusto. Faltaría más. Todo lo que sale en serie de las fábricas es mejorable.
