Punto Galego a probar

El resplandor del producto gallego a un precio asequible deslumbró a la Guía Repsol que le otorgó un Solete a la Cervecería Vikinga
Domingo González, en su establemimiento Cervercería Vikinga Punto Galego.JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Domingo González, en su establemimiento Cervercería Vikinga Punto Galego.JOSÉ Mª ÁLVEZ

Premiar a esos lugares que despiertan una sonrisa y a los que sin duda volverías y recomendarías es la filosofía de la creación de los premios Solete de la Guía Repsol, una distinción que acaba de llevarse la Cervecería Vikinga Punto Galego, ubicada en la zona vivariense de Cantarrana, la milla de oro de la hostelería de Covas.

Un local, el tercero que adquirió y aún gestiona Domingo González, muy satisfecho con la distinción recibida, sabedor de que les ayudará a incorporar nueva clientela. "Cada vez a xente infórmase máis polas redes e ten en conta as puntuacións e os comentarios que deixan os usuarios e iso é positivo para nós", cuenta González.

"Un pouco de todo" es lo que se ofrece en el local, donde las tapas tradicionales nunca faltan acompañando las cervezas y vinos, con una pequeña carta en caldos y con Estrella Galicia como referente, con la especialidad de barril. "Procuramos facer algunha cousa nova, pero sen renunciar ao clásico porque nesta zona aínda nos custa probar, aínda que despois nos encante. Os calamares da ría, as zamburiñas e as vieiras teñen que estar, pero tamén o raxo ou a tortilla. O que si que traballamos sempre que podemos é con produto Quilómetro 0 ou senón, galego", dice el propietario, que secunda otra sentencia no menos importante, "que sexa asequible a todos os prezos", porque "temos a obriga e a responsabilidade coa nosa clientela de que ninguén se teña que quedar sen saír a tomar algo polo custo das cousas", por lo que la calidad/precio es otra de las cosas buenas que ofrece el local.

Un cervecería que es un punto de encuentro, con menús diarios y otros más elaborados los fines de semana, "nos que sempre hai peixe fresco ou marisco e que teñen moi boa aceptación porque teñen un prezo de 15 euros".

VOCACIÓN. Domingo González nació para estar detrás de una barra. "A hostalaría é a miña vocación", cuenta, y donde se inició en el mundo laboral, pero lo dejó y tuvo un taxi durante trece años, "pero as fins se semana poñía copas no pub dun amigo", rememora. Antes del volante tuvo otra vocación, la de ser árbitro de fútbol, una oportunidad que le surgió por un curso que hizo en el instituto (antigua Maestría) la delegación de árbitros que existe en Viveiro y que le permitía disfrutar de un deporte que le gustaba, pero "no que non era moi bo xogando, non marcaba moitos goles", confiesa divertido. Pasar los fines de semana fuera de casa, incluso fuera de Galicia, fue una losa más difícil de llevar cuando nació su primera hija, por lo que decidió colgar las botas.

Lo que no marcaba jugando lo hizo detrás de la barra, apuntándose el tanto de abrir el primer local especializado en cócteles de la comarca, el Temple, al que después siguió el Tiki Bar Bora Bora.

"Cando abrimos hai once anos fora cando o ‘boom’ do gin tonic e tiñamos un cento de referencias de xenebra e agora xa son máis de 200 e no Bora hai 150 rons diferentes", recuerda sobre una época "na que me dixeron que estaba tolo e que aquí a xente non era de beber diso, pero cando nos días fortes levo feito máis de cen, pois penso que igual non tiñan razón", cuenta entre risas desde Valladolid, donde a principios de semana acudió como formador a la Feria Internacional Bar Cocktail (Fibar).

Y es que el regreso de Domingo a la barra estuvo precedido de una intensa formación, con un curso de barman profesional en Santiago y otro en la escuela internacional de Londres y dio con la horma de su zapato, pues "a coctelería é o que máis me gusta".

Con tres locales a sus espaldas la pandemia le ha pasado factura, tanto personal como económicamente, y aunque agradece las ayudas de los Ertes y los Ico recuerda que estos créditos "hai que devolvelos". Confía también en que se vayan igualando los horarios de cierre en toda España, pues "eu que viaxo bastante vexo que non hai límites noutras zonas, pero aquí aínda os temos" y confía en que diciembre sea lo más parecido a antes de la pandemia y se anima a mirar al futuro con optimismo. "Imos pensar que todo isto foi un mal soño e que o 2022 sexa xa un ano normal", aguarda, mientras constata que no solo se recupera la noche sino también el día "e a xente vén confiada ao café".

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