Un procesado por maltrato a su madre le dice: "Ojalá te mueras de coronavirus"

Este vecino de Celeiro y su pareja tuvieron ayer dos juicios en Lugo
Edificio de los juzgados de Lugo. SEBAS SENANDE
photo_camera Edificio de los juzgados de Lugo. SEBAS SENANDE.

A una vecina de Celeiro su hijo y su nuera le hicieron la vida imposible durante los dos años que convivieron con ella, con constantes insultos y empujones contra muebles y paredes, que le causaron moratones en diversas partes del cuerpo. A finales del pasado mes de junio, cuando la pareja tenía una orden de alejamiento, le exigió dinero a la víctima. Como esta no se lo dio, la vejaron con descalificaciones como "zorra, puta, cerda" y su descendiente llegó a decirle "ojalá pilles el coronavirus y te mueras".

La pareja compareció ayer en dos vistas que se celebraron en el juzgado de lo Penal número 1 de Lugo, en una por un delito de violencia doméstica habitual y en la otra por quebrantamiento de medida cautelar, pues a raíz de esta tormentosa convivencia tenían una orden de alejamiento y, pese a ese mandato judicial, acudieron a su domicilio.

El fiscal solicitaba en sus conclusiones provisionales una condena de tres años de prisión por el delito de violencia doméstica habitual, que redujo al llegar a un acuerdo con la letrada de los acusados, que reconocieron la autoría de los hechos.

Además, pedía que no se pudiesen aproximar a la víctima a menos de 200 metros, ni comunicarse con ella por cualquier medio durante cuatro años.

Por el de quebrantamiento de medida cautelar pedía 9 meses de prisión para cada uno.

CLIMA DE TERROR. La víctima no acudió nunca al centro de salud para ser atendida de los golpes recibidos, según indicó el ministerio público, que aseguró que la relación familiar de esta mujer con su hijo y su nuera transcurre "en un clima de temor e inseguridad" que le impide "desarrollar y desenvolver su vida cotidiana con normalidad".

El pasado 28 de junio el juzgado de primera instancia e instrucción número dos de Viveiro ya establecía unas medidas cautelares para la pareja, que no podía acercarse a la víctima a menos de 50 metros, ni comunicarse por cualquier medio con ella.

A PRISIÓN. El mismo día que se dictaba ese mandato, por la tarde la pareja lo desoía y se personaba en el domicilio familiar de Celeiro, aporreaba la puerta, "provocando un escándalo", según recoge el relato del fiscal, y tras conseguir acceder a la vivienda insultaba a la víctima.

Como los acusados se saltaron a la torera esa orden de alejamiento, al día siguiente el juzgado vivariense dictaba un auto de prisión provisional comunicada y sin fianza para ambos.