"A primeira rascada: un millón de euros"

Reparaciones en casa y viajar en noviembre, cuando cierra el restaurante, son los planes de los tres camareros del Marinero ribadense que compartieron el Rasca de la Once premiado
Daniel, Lucía y César, los tres compañeros del restaurante Marinero, se han repartido un millón en una jugada esporádica del Rasca de la Once. ÁLVEZ
photo_camera Daniel, Lucía y César, los tres compañeros del restaurante Marinero, se han repartido un millón en una jugada esporádica del Rasca de la Once. ÁLVEZ

A estas alturas de la noticia, más que por el millón de euros que se han repartido tres de los camareros del restaurante Marinero de Ribadeo, a los clientes y aficionados a los juegos de azar les despierta curiosidad cómo les ha cambiado la vida desde que tienen el dinero calentito en sus bolsillos.

Ellos dicen que los 240.000 euros que se han embolsado no los aleja de la hostelería, y eso que alguno tiene cotización suficiente como planteárselo; sin embargo ahora que se han repuesto de la alegría sí confiesan que se van a dar un homenaje. O dos. Plantean un viaje juntos porque "a primeira rascada e un millón" no pasa todos los días por la puerta del restaurante.

El más joven, Daniel Álvarez, de 22 años y de A Rochela, vive con sus padres y tiene "casa baleira" con la que pensaba independizarse pero nada de lanzarse a comprar piso ni apurarse a alguna relación estable.

"Ata o día que nos tocou pensaba en montar negocio propio de hostalería —lleva en el Marinero año y medio—, e a raíz do premio mirei e botei contas, pero agora que sei o que custa non o farei", dice rotundo. "Por iso mellor seguir traballando e de moza sempre hai tempo".

César lleva 36 años en el mismo negocio: "Os 240.000 euros véñenme moi ben, tiña pensado cambiar as ventás en Rinlo"

Señala que la hostelería de 12.00 horas a 00.00 horas que justificaba un representante hostelero no es vida: "Aquí facemos quendas, xente de nove da mañá a cinco da tarde y eu no das comidas e ceas de 12.00 a 21.00 horas, aínda que agora non damos ceas".

Su compañero de trabajo y premio, César Álvarez, tiene 59 años y lleva 36 en el restaurante. "Son da casa, entrei cando se inaugurou a Ponte dos Santos en 1987 e sigo, mentras poida vou seguir pois, que vou facer?". 

De momento cambiar todas las ventanas de su casa de Rinlo. Pero el viaje los tres juntos sí lo valoran y él se irá también a Nueva York con una prima de Zaragoza. "Agora non hai marcha atrás", asegura. Tenía ganas de emprender ese viaje.

Sobre Lucía, la otra agraciada de Frieria (Ove), está en la ‘mediana edad’ de los 39 y creen que con dos hijos de 14 y 16 años, este dinero le vendrá de perlas. Ella lleva 18 años en el restaurante y el dinero también le ayudará al arreglo que anhelaba para su cocina.

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