La compraventa de inmuebles continúa con movimiento en la Costa lucense, donde cada vez más personas de otras comunidades buscan establecer una segunda residencia. Unos lo hacen para escapar del calor del centro y el sur de España, mientras que otros buscan un lugar tranquilo donde pasar la jubilación. Y los precios más bajos que en el resto del Cantábrico también ayudan.
La demanda inmobiliaria sigue siendo alta, aunque la oferta no acompaña, dado que escasean los inmuebles de nueva creación. Las promotoras prácticamente trabajan en exclusiva creando edificios mediante venta anticipada sobre plano y antes de iniciar las promociones, aunque en este momento escasean los pisos nuevos y solo hay alguna construcción en marcha en Ribadeo o Espasante, ya en el Ortegal coruñés.

Desde Inmoriba, Néstor Sordo explica que existe una tendencia creciente a comprar vivienda para segunda residencia en la cornisa cantábrica. "Viene mucha gente del centro que desea jubilarse en la zona y también descansar por la noche. País Vasco o Asturias tienen precios más altos y aquí son razonables", dice. Esa diferencia en la cuantía explica el aumento del interés por la Costa lucense.
Los compradores cada vez buscan más una casa con algo de jardín, pero siguen demandando también apartamentos pequeños de dos dormitorios, que se venden bien. Además, quieren que los inmuebles estén listos para vivir, lo que se complica con algunas viviendas de segunda mano.
Néstor Sordo constata que en la villa ribadense "hay más demanda que oferta y eso encarece los precios de los inmuebles que están en el mercado". Con todo, reconoce que el ritmo de ventas fue bueno durante este verano. "Normalmente preguntan por promociones nuevas, pero hay pocas y las que se finalizaron en Barreiros después de estar paradas años ya se vendieron", explica el gerente de esta inmobiliaria que ofrece inmuebles desde el occidente de Asturias hasta Foz.
También constata el interés por la zona el gerente de Inmobiliaria Viveiro, Francisco Méndez, quien indica que pese a que en verano hubo más visitantes en la comarca, las ventas se mantuvieron en la misma línea. "Os alugueres da tempada de verán foron ben, alugouse máis".
En cuanto a las transacciones explica que el grueso de las realizadas durante la época estival fue para segunda residencia. "A maioría pide apartamentos pequenos entre 60 e 70 metros, con dúas habitacións, dous baños, garaxe e trasteiro, e tamén algunha casa. Buscan inmobles que estén arranxados e amoblados para non andar con mareos pola distancia", detalla. "A oferta e a demanda están equilibradas, non hai promocións novas na Mariña, pero vai saír algo en Espasante". Los compradores proceden de diferentes puntos del país, aunque la mayoría son de Castilla y León y de Madrid, pero también hay alguno de Cataluña.
Motivos
El clima suave de la Costa lucense influye en que quieran adquirir una residencia en el norte, porque "este ano a xente viuse cansada polas altas temperaturas no centro e sur, e ademais o resto do Cantábrico é máis caro, polo que tamén anima o prezo. Cada peto elixe a súa rexión, pero outros veñen pola tranquilidade e hai xente que vén porque quere xubilarse na zona", señala.
Fran reconoce que A Mariña estuvo un poco saturada, pero "por un ano que se saturase un pouco tampouco hai que lanzar foguetes, porque se empezase a chover en agosto iríase a metade da xente; outros anos non quedaba ninguén, pero houbo un verán longo, dende xuño. Hai para todos os gustos, pois hai xente que se vai para o Levante".

Segunda mano
Desde la inmobiliaria Os Molineros de Foz, Javier Rodríguez asegura que en A Mariña "non hai suficiente oferta para a demanda que hai neste momento e estase cubrindo coa vivenda usada. A xente quere comprar novo, pero ten que irse ao de segunda man, onde están saíndo vivendas a prezos máis económicos, hai bastante diferenza coas novas, pero destas hai pouca construción nestes momentos".
Sobre las ventas del verano hace un balance favorable. "Non houbo queixa, vendéronse sobre todo apartamentos no centro urbano de Foz, son para segunda residencia máis que para vivenda permanente", explica. Los clientes proceden en su mayoría de la capital lucense, pero también vienen de Asturias, Madrid, Valladolid y León, por ese orden. Además, tuvieron algún caso de Toledo, Ciudad Real o Salamanca. "Veñen porque lles encanta o clima, a xente, a gastronomía, as praias, e porque isto é un sitio tranquilo", dice.
En Burela prima la venta de vivienda habitual
El carácter habitacional de Burela, con muchos empleados en la pesca y la sanidad, define las ventas que tramita Fincas Mónica. "O que vendín cun prezo razoable é para xente de aquí, logo vendéronse a xente de fóra pisos dos fondos buitre que teñen bancos, que necesitan desfacerse de activos", explica Mónica Gallo, la responsable de la oficina.
Mayores y trabajadores
Trabajadores que llevan años ahorrando o jubilados que venden su vivienda en otros puntos de España, e incluso alquilan en la zona "porque aquí poden facer fronte aos gastos coa súa pensión", son algunos de sus clientes. Ambos pagan al contado, "co diñeiro na man veñen esixindo e negocian" y por lo general buscan pisos de 90 metros o más. A los locales no les importa reformar si compran a precio razonable.
Casas
La preferencia por las casas se mantiene tras la pandemia, cuando "foi unha loucura, pero o prezo está desafasado e hai que sumar a reforma".