Por fin llegó la cosecha

FabEo, de Abres, desbordada en su petición de gente para recoger fabas en sus plantaciones
Rocío Martínez, con los paquetes de FabEo que produce. EL CAMPO DE ASTURIAS
photo_camera Rocío Martínez, con los paquetes de FabEo que produce. EL CAMPO DE ASTURIAS

En 1991 en la familia de Rocío Martínez comenzaron a trabajar con fabas en la parte asturiana de Ría de Abres. Con el paso de los años se demostró un buen negocio y fueron ampliando superficie de trabajo hasta llegar a las cuatro hectáreas actuales. Tanto que, ahora, con Rocío Martínez ya profesionalizada y viviendo exclusivamente de su producción necesitaron personal para recoger porque ella, además, está en avanzado estado de gestación.

Pusieron un anuncio y para sorpresa de la propia Rocío "tuve que acabar por apagar el teléfono o ponerlo en modo avión porque tenía muchísima gente que no paraba de llamar". Sin embargo no tanta reunía el perfil que requería "porque pedimos específicamente gente dada de alta, porque queremos hacerlo todo legalmente, y así ya no eran tantos". No le extraña en el sentido de que "hay mucha gente que trabaja así. Pero nosotros estamos establecidos legalmente desde 2013 y queremos hacerlo bien".

Actualmente la mayor parte de la faba que producen la certifican por el Consejo Regulador de Faba Asturiana. Venden a envasadoras que están en el consejo regulador la producción de 3 de sus hectáreas. Queda fuera hectárea otra más que también venden sin problema.

Tan bien les fue que decidieron dar un paso al frente y crear su propia marca: FabEo. Rocío Martínez explica que "envasamos sacos de un kilo o de medio kilo con destino al consumidor final y con la contraetiqueta de la IGP". También hacen envases destinados a la hostelería "de cinco o diez kilos y además vendemos a granel a las envasadoras de la IGP".

Poco a poco las ventas de FabEo mejoraron y "decidimos cambiar el envase, con un saco de tela verde muy llamativo y que funciona muy bien. Los comercializamos nosotros directamente y vendemos sobre todo en Taramundi y Los Oscos, en Castropol, Vegadeo y algo en Ribadeo. No son partidas grandes, generalmente incluso tienen mejor salida los sacos de medio kilo que los de un kilo, porque la gente compra ese, que son como para unas cuatro raciones, y con algo de compango y algunas cosas más, da para llevar como regalo de souvenir, y eso es lo que les funciona mejor".

De su trabajo recuerda que en el 91 o el 92 en su casa vivían fundamentalmente de su explotación ganadera "y esto de las fabas era complementario". Pero poco a poco también a ellos les fue haciendo mella la crisis láctea y vieron cómo se imponía la realidad de que el mercado de las fabas mejoraba, así hasta que finalmente decidió dar el paso de profesionalizarse "y estoy centrada en esto, producimos más y las atendemos con minuciosidad. Dan muchísimo trabajo, pero tenemos maquinaria específica y este año entre dos personas y otra a tiempo parcial se atendieron todas nuestras hectáreas".

Ahora se prepara para una cosecha que parece buena: "Hay que confiar en que siga el viento del sur. Del anuncio sacamos ya a una persona contratada y dos o tres, aún no sé seguro, que empezarán en octubre, depende de cómo vaya la campaña, aunque de momento el tiempo vino bastante bueno para nosotros".

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