Un grupo con cierto nivel de organización y especialización estaría detrás de los robos que sufrieron de madrugada en un periodo de diez días cuatro negocios hosteleros del municipio, dos en Viveiro y los últimos en Covas. La Policía Nacional indaga sobre las pocas pistas que dejaron los ladrones y no descarta que puedan volver a actuar no solo en la ciudad, sino en otras localidades de la comarca, por lo que intensificará sus servicios y al mismo tiempo insta a los hosteleros a estar alerta y extremar las precauciones.
Una de las recomendaciones para los propietarios de los negocios es que se fijen en su clientela, pues uno de los integrantes de este grupo sería "un informador" que estudia el movimiento del local y también de la tragaperras, ya que se cree que las asaltan cuando están casi llenas -en una de ellas había 3.500 euros-. Al menos dos personas serían las ejecutoras del robo, que llevan a cabo con rapidez y evitando dejar pistas, para lo que emplean guantes.
En todos los casos habían analizado la forma de entrar y optaron por ventanucos o la parte superior abatible de ventanales, huecos de escasas dimensiones -por lo que no parece que pudieran acceder personas muy corpulentas- y situados a altura considerable, en el caso del bar La Fontana por ejemplo a unos tres metros. En este negocio para acceder desde la calle arrimaron un barril y para salir subieron un taburete a una mesa, exacta forma de huida a la empleada en madrugada de este lunes en el Nautae.
El objetivo de los cacos es claramente el dinero, principalmente los billetes, y se cree que actúan con rapidez y destreza para abrir las tragaperras, algo que pueden hacer con un simple destornillador. En tres de los cuatro locales también forzaron las cajas registradoras, en dos bares se llevaron el bote de propinas y en uno sumaron a su botín una tablet. En ningún caso los dueños echaron en falta botellas.
