Piden 26 años de prisión para un acusado de malos tratos que pegó y violó a su mujer

El hombre también habría matratado física y psicológicamente a su hija

Entrada de la Audiencia Provincial de Lugo. AEP
photo_camera Entrada de la Audiencia Provincial de Lugo. AEP

Un varón con antecedentes penales, casado desde 2002 y con dos hijas, —a quien la Fiscalía de Mondoñedo atribuye una adicción—, afronta el próximo día 18, en la Audiencia Provincial de Lugo, un juicio por varios delitos, por los cuales le piden 26 años de prisión. Admitió ser autor de malos tratos habituales infligidos en el ámbito familiar y de coacciones y agresiones sexuales, de los que fue víctima  su esposa. 

También habría lesionado, física y psíquicamente, principalmente a una de sus dos hijas. El juzgado número 1 de Mondoñedo decretó el 10 de julio del año pasado, prisión provisional comunicada y sin fianza, situación en la que permanecía cuando se redactó el escrito de calificación a la Sala del citado tribunal, hace cuatro meses. En el domicilio familiar, que estaba en Lugo, se habrían producido los primeros episodios violentos con amenazas de muerte hacia su pareja y agresiones físicas que fueron denuncias en julio del año pasado, pero que podrían remontarse dos años atrás.

Le exigía a su esposa dinero para poder comprar la sustancia que consumía; sumas de las que ella no disponía. Uno de los episodios que relata el escrito de calificación, procedente de la Fiscalía de Mondoñedo, data del 9 de julio de 2017. El acusado llegó a su casa a las once de la mañana tras pasar la noche fuera y su esposa se marchó con sus hijas a casa de sus padres. Cuando regresó, él la llevó al garaje con la excusa de que la lavadora perdía agua y tras cerrar la puerta y coger un "bate de béisbol, comenzó a golpear a su mujer, la arrodilló y la penetró". Blandiendo de nuevo el bate y además un cuchillo la amenazó de muerte. 

Las lesiones que sufrió ella, que después de ese episodio se fue a casa de sus padres, tardaron unos 20 días en curar. Pero él la siguió y le gritó al padre y al hermano. Éste último y la esposa fueron agredidos, hasta que llegó la Guardia Civil. Ambos necesitaron más de medio mes para sanar de las heridas sufridas. Quince días antes, en el domicilio familiar, en Lugo, el acusado cerró con llave la puerta de la casa. La Fiscalía sostiene que la agredió sexualmente y que solo iba a dejar que saliese de la vivienda si le daba un dinero. Ella tuvo que llamar incluso a su jefe para pedirle un adelanto y para ello fue hasta la oficina, seguida, desde un coche, por él, que pretendía asegurarse de recibir la cantidad.

Días antes, el ministerio fiscal asegura que, en un intento de defender a su madre de otra lesión, su hija mayor fue agredida "llegando a arrancarle un mechón de pelo". Los hechos no fueron denunciados anteriormente por el miedo al presunto agresor. Según añade la Fiscalía, "el 9 de julio de 2017, el acusado presentaba una adicción a la cocaína que afectaba a su capacidad volitiva". Al día siguiente se decretó su ingreso en prisión provisional. El parentesco supone un agravante.

Por una de las agresiones sexuales, le exigen que cumpla ocho años de cárcel y otros diez, por el otro. Por las coacciones, le exigen que esté en la cárcel otros tres años y otros tantos por los malos tratos habituales. Por los dos no habituales, le solicitan un año por cada uno y el pago de una multa por las lesiones leves, además de las órdenes de alejamiento por once años respecto de la esposa. Por responsabilidad civil, le piden 11.000 euros como indemnización para ella; otros 10.000 para su hija; mil euros por cada lesión y 360 euros, para el Sergas.