"A pesca en Inglaterra non ten moito peso económico pero politicamente si"

La mayor parte de las pesquerías están afectadas por una salida que alcanza a barcos españoles y a británicos de propiedad gallega
El Brisca, en Celeiro. D.V.
photo_camera El Brisca, en Celeiro. D.V.

La presidenta de la Comisión Europa (CE), Ursula Von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, cenaban anoche en Bruselas para tratar de desbloquear la salida negociada del Reino Unido de la UE. Una marcha que, si no se amplía el período de transición de este 2020 o hay un acuerdo de último minuto sobre aspectos como la competencia justa entre empresas, la pesca y los mecanismos para resolver futuras disputas, podría sobrevenir por las bravas y empezar a regir requisitos arancelarios generales en las aduanas, salida de pesqueros comunitarios de aguas británicas y una amplia incertidumbre sobre la desconexión.

Pendientes de lo que suceda están también armadores mariñanos de algunos barcos de bandera británica que podrían verse afectados. "Estamos esperando a ver que acontece este mércores nesa reunión e se hai un acordo comercial. A pesca en Inglaterra non ten moito peso económico pero politicamente si", reconocía el armador de Celeiro Eugenio Regal, propietario del palangrero escocés Brisca y de otro con folio de Lugo.

Si no hay trato, todos pierden


De no fraguar un acuerdo sobre la reciprocidad de acceso de los pesqueros franceses, españoles, holandeses o belgas a las aguas británicas y de los productos pesqueros británicos a los mercados comunitarios, la política pesquera de la UE podría saltar por los aires. Las pesquerías, como sostiene Regal, están jugando un papel simbólico en las negociaciones. A finales del siglo pasado Reino Unido perdió en los tribunales de Justicia europeos el pleito por la Merchant Shipping Act, al tratar de desbaratar la práctica de los años 80 de registrar allí pesqueros españoles -53, la mayoría gallegos- o barcos de pabellón británico comprados por sociedades de otros países -unos 42-. Algunos de ellos fueron señalados ampliamente en los puertos, en la campaña pro Brexit de los seguidores de Boris Johnson, llamando a recuperar "el control". 

Medios tan influyentes como The Economist han reconocido estos días que otra vez la pesca, "una pequeña industria se ha convertido en dinamita política". De no mediar arreglo pesquero, se cree que el bloque comunitario perdería más que los británicos, dado el complejo desplazamiento de flotas y capturas. Y es que, como reconoce el ministro de pesca español, Luis Planas, "tenemos 146 pesquerías y 119 de ellas están afectadas por la pertenencia del Reino Unido". 

Aranceles paralizantes


Sin embargo, el Financial Times palpa el nerviosismo de los pescadores británicos, que si bien respondieron con sus votos pro Brexit a la llamada de Johnson a recuperar la "espectacular riqueza marítima", ahora temen que la disputa les arrastre hacia aranceles paralizantes en su mercado principal, el 1 de enero. Las barreras en aduanas podrían poner fin a muchos negocios al otro lado del Canal de la Mancha. No extraña que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, reclame extender el periodo transitorio del Brexit si no hay pacto, por lo mucho que hay en juego para ciudades, regiones y países.

Do abandeirado agora temos que descargar o 50% do peixe en portos do Reino Unido pero ao mellor queren subilo ao 75%

¿Mantener cuotas pactadas?


Escollo importante son el acceso a las aguas y las cuotas pactadas entre los estados miembros. Londres quiere negociarlas anualmente con los países igual que hace con Noruega, algo inviable para la UE, dada la gran cantidad de especies. Además Reino Unido querría asegurarse de que un porcentaje de barcos que pesquen en sus aguas sean de propiedad británica. Eugenio Regal no descarta que en adelante su barco abanderado tenga más cuota que la actual, como empresa británica que es -está matriculado en el puerto escocés de Ullapol, que creció en el apogeo de la pesquería del arenque-. Y señala el interés británico en negociar de forma bilateral especies demersales o pelágicas. "Holanda ten agora unha parte importante da cota do Reino Unido", explica. Pero la Unión Europea se opone a tal sistema de negociación y tampoco hay acuerdo sobre el porcentaje de capturas de barcos europeos en aguas británicas que habría que devolver a los pescadores de Reino Unido. Y esto es solo una de las divergencias, porque son las de competencia justa y ayudas a las empresas las que más preocupan a la presidenta alemana, Angela Merkel.

A la espera del 2021


Así las cosas, armadores como el celeirense Regal esperan que tras la habitual parada navideña en la pesca, el 2021 traiga acuerdo. "Estabamos ben como estamos -dice Regal-, ao mellor temos que traer o peixe como se fai desde Mauritania, con Reino Unido como país terceiro, ou segue todo como estaba". Casi toda su actividad la desarrolla desde los puertos británicos, donde deben descargar al menos el 50%, pero podrían tener que alijar el 75%.

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