"No percibimos ni discriminación ni recelo porque vengamos de Madrid"

Sara Navarrete y Carlos Ortiz aprovecharon el final del estado de alarma para visitar a un familiar y disfrutan de unos días en A Mariña, donde ven a la gente "más relajada y tranquila"
Carlos Ortiz y Sara Navarrete, con su hija Claudia y Pili, hermana de Carlos, en la playa de As Catedrais. J.Mª ÁLVEZ
photo_camera Carlos Ortiz y Sara Navarrete, con su hija Claudia y Pili, hermana de Carlos, en la playa de As Catedrais. J.Mª ÁLVEZ

Con el cierre del estado de alarma, las calles y playas de A Mariña se han convertido durante la última semana en algo parecido a la normalidad en lo que se refiere a la llegada de visitantes de otros puntos del territorio nacional. 

Numerosas familias y grupos de amigos aprovecharon el fin del bloqueo entre comunidades autonómicas, a causa de la pandemia del Covid-19, para cambiar de territorio y poder disfrutar del clima, la gastronomía y la belleza de Galicia, en general, y de la comarca mariñana, en particular. Incluso a partir del fin de semana y de la llegada de julio se espera que todavía vayan llegando muchas más personas para los diferentes municipios de la zona, especialmente a los costeros.

Una de las comunidades que siempre tiene mayor incidencia en la comarca a la hora de recibir visitantes es la de Madrid, ya que hay mucha gente de allí que tiene segunda vivienda o personas que son asiduos visitantes a los hoteles, pisos vacíos o casas rurales de la zona.

También hay gente de esta comunidad que quiso acercarse por vez primera a la comarca aprovechando que algún familiar vive en ella. Es el caso de Carlos Ortiz y Sara Navarrete, que, junto a su hija de 4 años, Claudia, están pasando unos días en la casa de Pili Ortiz, hermana de Carlos, que vive en Ribadeo.

"Ya habíamos pensado en visitar a Pili y esta era una gran oportunidad porque teníamos muchas ganas de poder venir a Galicia y también de salir de Madrid"

La apertura de fronteras entre comunidades era algo que Carlos y Sara estaban esperando para dejar atrás meses oscuros, por el coronavirus, y para tomarse un respiro también del calor "ya sofocante", según palabras de la joven, que empieza a vivirse en la capital de España en las últimas semanas.

"Ya habíamos pensado en visitar a Pili y esta era una gran oportunidad porque teníamos muchas ganas de poder venir a Galicia y también de salir de Madrid. La verdad es que todos estos meses se nos hicieron muy duros por el coronavirus y ahora el calor ya empezaba a apretar mucho, así que planificamos el viaje para poder hacerlo en cuanto se cerrase el estado de alarma. Incluso no teníamos la posibilidad de ir a las piscinas, que están cerradas, así que también queríamos intentar disfrutar de la playa durante estos días", explicó.

IMPACTO DIFERENTE. La diferencia del impacto del coronavirus entre Madrid y Galicia es palpable, según Navarrete, que observa menos tensión en el ambiente que en la capital. "En general se ve a la gente mucho más relajada, tanto por la calle como en los restaurantes o lugares públicos, ya que la incidencia de la enfermedad no ha sido, ni mucho menos, la misma. En Madrid hay mucha gente que lo ha pasado mal, que ha perdido a algún familiar o amigo y en general la concienciación es muy grande porque hubo momentos de mucha tensión y miedo. Nosotros estamos haciendo algunas cosas aquí que allí ni siquiera se nos pasaban por la imaginación, como comer en una semiterraza de un bar y otras cosas que parecen normales pero que allí no lo son tanto todavía", aseguró.

La llegada a la comarca de veraneantes de comunidades con mayores problemas en cuanto a coronavirus, especialmente Madrid, no parece haber cambiado el talante de los mariñanos o, al menos, eso es lo que piensa Sara Navarrete, que asegura que desde que llegó no ha tenido ningún problema "Ya hemos estado con bastante gente de Galicia y en ningún caso hemos percibido ningún tipo de recelo o discriminación por ser de Madrid. Es cierto que nos han preguntado cosas porque sí que hay curiosidad por saber si la pandemia había hecho tanto daño allí, pero el trato es maravilloso por parte de todo el mundo".

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