El coche de su vida

"Paráronnos uns rapaces pensando que iamos envorcar co Dyane 6"

Carlos Calvo tiene uno de aquellos Citroën furgoneta de las que 'tumbaban'. Le recuerda su niñez y de paso homenajea con ella en Xove al pequeño comercio de antaño y al made in Vigo
Carlos Calvo con su Dyane 6. LOMBARDERO
photo_camera Carlos Calvo con su Dyane 6. LOMBARDERO

Carlos llevaba tiempo buscando un Mehari, aquel Citroën de plástico naranja pero andan escasos y altos de precio. Dio por buena la opción del Dyane 400 a la venta, la versión furgoneta del Dyane 6. Lo compró por WhatsApp, un aburrido día de pandemia mientras estaba recostado en el sofá. Y lo trajo de Burgos. "Acordábame de cando o aparellador Coya de Viveiro viña ás setas cerca da casa de meus avós en Vilasuso, por Xilloi, e subía no seu Mehari pero este Dyane de 1982 está moi ben", explica.

El Mehari, de hecho, se basaba en el Dyane, aunque al contrario de este, su carrocería no se oxida. La versión furgoneta es de los vehículos comerciales ligeros más reconocibles en nuestros pueblos y todavía despierta sonrisas. "Era o coche dos panadeiros, peixeiras e outros moitos e cando a trouxen a xente achegábase", dice Carlos, que lo saca a pasear con el buen tiempo.

Es un derivado de turismo práctico y barato, lo que no se puede decir de todas las furgos de hoy en día. Sin embargo, también la ha personalizado con unos vinilos en las que aparecen lanchas de bajura de O Vicedo que fueron de su padre, la Sombriza, y de su abuelo, Micaela. Y con el ojo de un calamar, al ser muy aficionado a su pesca, acercándose con ella al muelle. Y tiene, por tanto, un uso recreacional. "O Dyane déixoo coas chaves postas, non cho leva ninguén porque tal como ten as marchas non saberían conducilo", ironiza.

Vinilos personalizados. LOMBARDERO
Vinilos personalizados. LOMBARDERO

Con su palanca en el salpicadero, el estrangulador del tíralle do aire para arrancar en frío, una imagen un tanto destartalada y la suspensión de muelles conectados longitudinalmente entre las dos ruedas de cada lado, hay que conocerlo un poco. Carlos todavía recuerda el susto que se llevaron unos chavales al verlo tumbarse en una rotonda. "Pensaron que viñamos pintando comedia, adiantáronnos e paráronos para alertarnos de que iamos envorcar coa furgo", ríe todavía. Y es que las inclinaciones de carrocería y cabeceos del sucesor del 2CV, sin peligro alguno si las conoces, pueden impresionar al más corrido.

El Dyane es muy estable y sus ruedas estrechas en vías mojadas casi una bendición, pero las sensaciones cuando estira las patas son otras. Sobre todo si va cargado. Un coche clásico que hace vibrar ya al encendido, casi como en la rampa de lanzamiento de aquellas naves Apolo de finales de los años 60. Hasta que el ruidoso dos cilindros refrigerado por aire se estabiliza y se engrana la segunda marcha, el viaje no está resuelto. Fue el abecé mañanero de tanta gente que lo manejaba fácilmente y, por tanto, historia de nuestra automoción.

FICHA

De cuando había pocos caballos a bordo y se necesitaba manejo fino del cambio para llanear o  mantener el ritmo en cuesta. Carlos recuerda los que le rodeaban y quien esto escribe uno en azul del veterinario del barrio, Lagarón, que lo tenía como auténtico todo terreno para llegar donde fuese necesario. Su capacidad de carga y trabajo, que luego han heredado desde Vigo la mítica C-15 o las Berlingo-Partner, son buena muestra de la utilidad de estas furgonetillas. La Dyane 400 también tenía un uso simple y muy doméstico. Su escasa autonomía contrasta con el gran acceso a la rueda de repuesto o al cofre lateral de herramientas. Basta tirar de sendas chapas.

Está guardado en un garaje de Xove, muy cerca del Centro Óptico que Carlos montó en 2005. Entre los detalles ochenteros de este Dyane 6 destaca "o radiocasete Pioneer coa cinta dos Satélites", pero tiene más electrónica su smartphone que el coche entero. Sus anteriores propietarios burgaleses,  lo habían restaurado en su taller para regalárselo al progenitor, que falleció sin llegar a recibirlo. Carlos, que además tiene amigos en Covarrubias, prefirió pedir un transporte para traerlo y después ha pedido algunas piezas y detalles a la empresa vasca Inelac, que sirve desde Mungía todo tipo de piezas y juegos para este y otros Citroën.

De esta forma, la obra de ingeniería que la casa francesa encargara a su filial Panhard -otro histórico constructor francés adquirido en los años 50 del siglo XX-, sigue rulando. Pronto orientaría esta marca a la construcción de vehículos militares, especialmente tanquetas de ruedas artilladas, pero antes había ideado interesantes coches como el Dyna Z, también con versión comercial. Si tienen oportunidad de buscar la imagen de este, fíjense en el frontal, con una expresión pensada para el mundo infantil. Casi de dibujos animados. 

El rediseño del 2CV que daría origen al Dyane 6 a producir en Vigo, Panhard encastró los faros en los guardabarros, consiguiendo un carácter también amable y voluntarioso. Los niños también lo disfrutan, como puede atestiguar Carlos, pues en algunos aspectos parece ya un coche de juguete, con elevalunas manuales y simpáticos testigos o pulsadores: El sombrero es el símbolo de uno que indica aire caliente hacia la cara mientras que el del zapato se asocia al calor en los pies. El enorme volante parece la caña de un yate, el mando con el que desafiar vientos en contra o laterales. Y a los críos también les sorprende el asiento posterior en el sentido contrario a la marcha, aunque es de suponer que divertirse dando tumbos atrás y en pleno viaje, como hace décadas, ya no será políticamente correcto. Eran otros tiempos.

Parte posterior de la Dyane 6. LOMBARDERO
Parte posterior de la Dyane 6. LOMBARDERO

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