Las ostras son el manjar del Eo

Castropol dio visibilidad al cultivo de una exquisitez que se comercializa mejor fuera, pero que gana adeptos con Somos la Ostra
Un puesto de ostras. P.V.
photo_camera Un puesto de ostras. P.V.

Dicen que son el auténtico manjar del Eo. Aunque lo cierto es que ocupan una parte muy pequeña. Las ostras las trabajan las empresas Acueo y Ostrastur en la parte asturiana del estuario del Eo, entre unas bateas que acaban por arrojar un producto de una calidad sensacional.

Conscientes de ese enorme potencial, Castropol intenta darle visibilidad porque saben que arrastra algunos problemas como su asociación a un mercado elitista o el simple desconocimiento. Para ello organizan el festival Somos la Ostra, que este lunes echó el cierre tras cuatro días con un resultado excelente en los que ayudó el tiempo y el hecho de que este lunes todavía fuera puente en algunas localidades.

Precisamente para este lunes dejaron uno de los platos fuertes, el concurso de abridor de ostras, que finalmente estuvo gobernado por la camaradería.

Al mismo tiempo seguían dándose ostras en los tres puestos de los productores y, en la carpa de la organización, se servían también acompañadas generalmente de un vino blanco frío que es lo que mejor marida con este apreciadísimo marisco con un profundo sabor fresco y a mar.

Durante la mañana hubo una yincana y luego la degustación que organizó el Club de Mar. También hubo hueco para las redes sociales. El buen tiempo hizo que mucha gente se fotografiase junto a la ría consumiendo los platos de ostras y luego subiesen las fotos a Instagram. Hasta esto estaba pensado y se entregaron los premios a las mejoras instantáneas que se habían presentado a un concurso que fue inédito.

Si algo quedó claro es que esta apuesta por las ostras continúa estando plenamente vigente pese a que la pandemia lo mantuvo parado, como a casi todo. Pero aunque el festival parase, el mercado se recupera. Hacia Francia se va muchísima producción, pero también a lugares como Cataluña y eso que la cantidad que se cultiva en la orilla asturiana de la ría no es ninguna broma.

La empresa Acueo, por ejemplo, produce aproximadamente 55 toneladas de ostras al año, que traducido significa, aproximadamente, 550.000 ostras. Consiguen sacar adelante toda su producción. Se trata de un cultivo sobreelevado en parrillas, también llamadas mesas ostrícolas, unas estructuras de hierro de medio metro de altura sobre las que se sujetan los sacos que contienen las ostras desde que se siembran hasta su recolección.

Estas mesas están ordenadas en filas y cada una de ellas sostiene cinco sacos sujetos con gomas y ganchos para evitar que el mar o el viento los tiren al suelo fangoso donde las ostras morirían. Tienen unas 4.000 mesas de unos 3 metros cada una.

En Ostrastur su producción también sale al mercado íntegra. Ambas empresas, además de por contactos previos, tienen unas potentes tiendas online que garantizan ostras de calidad a cientos de kilómetros.

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