En compañía de animales

Óscar Mejuto: "Los perros de protectora son muy agradecidos"

La perra mestiza Dina tiene 11 años y está feliz en su hogar de Xove
Óscar Mejuto con su hijo Abel y Dina-JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Óscar Mejuto con su hijo Abel y Dina. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Hace cinco años que abandonaron a Dina en Sumoas. La extinta protectora de Xove se hizo cargo de ella y acabó en manos del vecino Óscar Mejuto, que colaboraba con el colectivo y se la quedó porque "nos gustan mucho los animales, nos da mucha compañía y cariño", afirma. "La gente que se plantea tener un perro debería ir a una protectora y ver los cuidados que conlleva, echar una mano, porque hay que sacarla cuando llueve, llevarlo al veterinario si se pone enferma y te amarra mucho, si te quieres ir un fin de semana no puedes dejarlo solo como a un gato".

Óscar asegura que es muy cariñosa desde el primer día y se porta genial con los niños y los abuelos. "Pasó de verse tirada a estar en una casa, nunca dio ningún problema. Los perros de protectora son muy agradecidos en el momento que les das cariño. Viene con nosotros a todos lados, es una más de la familia. Este es un sitio maravilloso para tener un animal, incluso vamos a la costa, por Portocelo".

Al adoptarla se comprometió a castrarla, un procedimiento que cuesta entre 150 y 200 euros. "Es un gasto para el que hay que estar preparado, igual que las vacunas cada seis meses o las pastillas para desparasitar cada tres. Sin nada raro, al mes se gastan entre 40 y 50 euros", explica. Su dueño cree que "es recomendable castrarla para evitar problemas de bultos y quistes con la edad. Sería bueno que la gente se concienciase para que no haya embarazos indeseados y que después no no quieran las camadas".

Mejuto entiende que haya gente que prefiera comprar un perro de raza o con pedigrí, pero defiende la adopción como principal opción, porque "en las protectoras lo pasan mal porque están encerrados en jaulas, no es lo mismo el cariño de un hogar que estar encerrado en un canil". Él y su mujer se ocupan de cuidar a Dina, aunque los hijos también se hacen cargo cuando pueden.

Tienen juegos para ella, como un nudo de tela o una pelota y chuches que le dan al regresar de rutas largas. Por lo general se alimenta de pienso, pero si sobra arroz o pasta le dan un poco, sobre todo al regresar del monte. Óscar señala que el azúcar y la sal no sientan bien a los canes. "Controlamos su peso, ahora está en unos nueve kilos, está un poco pasada, si engorda mucho después no se puede mover".

Le encanta salir a la calle
Este ejemplar procede de la extinta protectora de animales de Xove, donde la adoptó Óscar Mejuto, quien colaboró con la asociación, algo que aconseja antes de adoptar para conocer los cuidados. Le encanta salir a la calle y al monte, "viene correr conmigo, se pone muy contenta".

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