"Me ofrecí a trabajar en la pandemia, pero no me llamaron"

Pedro Gordo, nació en Chile, en Concepción, en 1949. Con algo más de 5 años se vino a España, a Logroño, con una tía que era maestra. Estudió Medicina y trabajó en el hospital de Burela hasta que se jubiló en 2014. Trabaja en Viveiro en un psicotécnico
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photo_camera Pedro Gordo, en San Cibrao. ÁLVEZ

¿Tiene algún recuerdo de Chile?

Me acuerdo con nostalgia, sí. Me vine con cinco años, junto con mi hermano, con una tía mía que era maestra a La Rioja. Tengo muy presente esa primera infancia.

¿Volvió alguna vez a su país?

Sí, unas cuantas veces, la primera en 1976, cuando estaba Pinochet. Chile es un país que está muy orgulloso de su democracia. El país ha progresado mucho, la riqueza creció, si bien es verdad que las desigualdades aún siguen existiendo.

¿Cómo lleva la vida de jubilado?

Tiene sus pros y sus contras. Cuando me jubilé, en 2014, estaba muy cansado, porque eran muchos años trabajando. Pero fue una época muy bonita, donde en el hospital de Burela casi lo tuvimos que hacer todo. Un trabajo con muy pocos recursos, poca tecnología.

¿A qué se refiere cuando dice que tuvieron que hacer de todo?

Hasta teníamos que sacar las cajas de las camionetas para montar las consultas.

¿Ha crecido mucho el hospital?

Sí, está mucho más dotado. Pero, en cambio, hay más lista de espera, los recursos humanos son menos, la gente está cansada... Pero vamos a tener una resonancia y las consultas están en condiciones. 

¿Y qué hobbies tiene?

Leo, hago ejercicio...

¿Qué está leyendo?

Sobre todo artículos políticos. Sigo mucho a un periodista que es el delegado de La Vanguardia en Madrid, Enric Juliana, que tiene un libro muy bueno, que siempre recomiendo, que se llama ‘España en el diván’. También está cada dos por tres en la televisión. Además leo los premio Planeta, el primero siempre y el segundo casi siempre.

¿Cómo ve desde su experiencia los problemas que está habiendo en la sanidad en España en la actualidad?

Me da mucha pena, porque España tenía unas cotas muy aceptables de calidad en la sanidad, de manera transversal, con diferentes gobiernos, y ahora los recortes sanitarios son una tragedia. La Atención Primaria está sin médicos, y ahí destruyes la base y el fundamento de la sanidad.

 ¿Por qué faltan médicos?

Porque tienen sueldos precarios y los que pueden se van. La población necesita cada vez una atención médica más personalizada y hay una brecha importante entre la oferta y la demanda, se necesitan más médicos de los que hay ahora mismo.

Pero, en cambio, la sanidad española está muy bien considerada en el exterior.

Es la joya de la corona. Tenemos a los médicos mejor formados, son muy buenos, excelentes, incluso la investigación es buena aunque no se cuente con muchos medios, y es pionera en muchas cosas.

¿Se ofreció a trabajar durante la pandemia?

Sí, me ofrecí, pero tengo diabetes, que era factor de riesgo, y tenía 70 años entonces. Yo me ofrecí para lo que fuese, me dieron las gracias por ello, me dijeron que lo tenían presente, pero nunca me llamaron

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