"No paré porque no la vi; no soy un criminal", dijo el acusado de arrollar a una mujer en Viveiro

La víctima sufrió lesiones graves y falleció una semana después del atropello. El conductor dio positivo en alcohol y drogas, pero alega que le hicieron la prueba en su casa cuando ya había cenado 

El acusado, en el juicio. XESÚS PONTE
photo_camera El acusado, en el juicio. XESÚS PONTE

"No paré porque no la vi. Si hubiera visto a la mujer la esquivaría, o por lo menos me hubiera detenido. No soy ningún criminal". Con estas palabras se defendió este jueves un vecino de Xerdiz (Ourol) acusado de atropellar a una mujer y darse a la fuga, dejándola tirada sobre la calzada con heridas tan graves que le acabaron costando la vida. El fiscal solicita para él una condena de ocho años de prisión y pide además que le retiren el carné de forma definitiva.

El acusado, C.H.V.L., de 52 años, reconoció que en julio de 2018 fue condenado como autor de un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, por el que le impusieron una multa y una condena de 10 meses de retirada del permiso de conducir, una privación que se extendía hasta el 29 de junio de 2019.

Aun así, el 3 de octubre de 2018, el acusado se saltó la condena y se puso al volante de su turismo, un Volkswagen Touareg. Según explicó este jueves en el juicio, condujo su vehículo únicamente para desplazarse hasta una farmacia. "Cogí el coche porque tenía que ir a buscar unas medicinas que necesitaba mi madre, que se encontraba encamada y dependía únicamente de mí", dijo.

Según la versión de la Fiscalía, ese día, sobre las nueve de la noche, cuando circulaba por la carretera LU-540 -a su paso por la localidad vivariense de Landrove-, el hombre "no advirtió" la presencia de una mujer en mitad de la calzada, cruzando la vía, y la golpeó con la parte delantera izquierda de su vehículo.

La mujer quedó tirada en la calzada, pero el acusado no se detuvo. Tal y como mantiene el ministerio público, el acusado "fue perfectamente consciente en el momento de lo que había sucedido, dada la entidad del impacto, que ocasionó daños materiales de consideración en su propio vehículo".

De hecho, llegó a realizar "un cierto ademán de detenerse", ya que accionó los frenos de su coche, pero finalmente reanudó la marcha a gran velocidad hacia su casa, "sin preocuparse en absoluto por la suerte que pudiera correr la persona atropellada, sin saber tampoco si había otras personas que pudieran prestarle auxilio, y pese a que hubiera podido detenerse en algún punto próximo sin riesgo para él u otras personas".

Durante su declaración este jueves ante el juez del Penal número 2 de Lugo, el acusado negó estos hechos e insistió en que no se fugó. "No vi a la mujer en ningún momento. Llevaba la música alta y tampoco sentí el impacto, solo un pequeño golpe, pero pensé que sería una piedra o un animalito, jamás una persona", alegó.

PRUEBAS. Tras el atropello, varios testigos aportaron a la Guardia Civil la descripción del vehículo implicado y el conductor fue localizado rápidamente. Los agentes comprobaron que su turismo "todavía tenía el capó caliente" y "presentaba huellas de arrastre de manos en el lateral".

El acusado se sometió voluntariamente en su propio domicilio a las pruebas de detección de alcohol y drogas y dio positivo en ambas. Según consta en los atestados, el hombre arrojó una tasa de 0,53 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, el doble de lo permitido, y dio positivo en el consumo de opiáceos.

Sin embargo, el acusado explicó que la Guardia Civil le realizó las pruebas dos horas y media después del accidente, cuando ya había cenado. Aun así, reconoció que ese día consumió alcohol al mediodía. "Comí con vino, como siempre. Pude tomarme una botella de Rioja y dos o tres cervezas pequeñas por la tarde, pero nada más. A la hora del accidente no iba bebido. Los coches íbamos en caravana y la mujer cruzó de repente. Me coincidió atropellarla a mí como le pudo haber coincidido a otro", declaró.

Tras el atropello, un guardia civil fuera de servicio y una vecina que es enfermera fueron algunas de las primeras personas en atender a la mujer, que estaba inconsciente y presentaba, entre otras, heridas abiertas en la cabeza. La víctima, de 67 años, fue evacuada al hospital en estado de extrema gravedad y finalmente falleció una semana más tarde, el 10 de octubre.

El Fiscal acusa al hombre de un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, en relación con homicidio imprudente y conducción sin permiso, así como otro delito de omisión del deber de socorro, por los que pide ocho años de cárcel e indemnizaciones para la familia de la fallecida que suman algo más de 250.000 euros.

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