Niega los hechos el acusado de intentar matar a su expareja y al hijo de ella en Foz

“Era una relación tóxica. Nos drogábamos como leones y discutíamos como fieras”, dice el acusado, que si reconoce que se saltaba la orden de alejamiento ►La Fiscalía no tiene dudas de que quiso acabar con la vida de la mujer y del hijo de esta

El ministerio fiscal solicita treinta años de prisión para un vecino de Foz que supuestamente se presentó en la vivienda de su expareja y abrió los cuatro fogones de la cocina y las bombonas de butano que había en un calentador y en una estufa supuestamente con el objetivo de acabar con la vida de la mujer y de su hijo, porque nunca aceptó la ruptura de su relación sentimental.

El juicio comenzó este miércoles y el acusado ha negado los hechos, tanto los robos, como las amenazas o que hubiese abierto el gas. Asegura que jamás amenazó con quemar la casa y menos con hacerle daño al niño. “Eso jamás, porque quiero más a ese crio que a muchos miembros de mi familia”, dijo. Reconoce, sin embargo, que se saltó la orden de alejamiento “diariamente” porque ella quería estar con él. “Era una relación tóxica. Nos drogábamos como leones y discutíamos como fieras”, dijo.

ACUSACIÓN. Como decíamos anteriormente, según el fiscal, el acusado "se negó" a aceptar el final de "la relación afectiva" y, una vez que cesó la convivencia entre ambos, se dedicó a controlar los movimientos de su expareja, lo que provocó en ella una sensación de temor que le obligó a cambiar sus hábitos e incluso a pedirle a una compañera de trabajo que no la dejara sola.

Ante esa situación, el 15 de octubre de 2016, el Juzgado de Instrucción número 1 de Viveiro dictó una orden de alejamiento en la que se le prohibía al sospechoso acercarse a menos de 40 metros a su expareja, así como comunicarse con ella por cualquier medio.

Sin embargo, el 10 de marzo de 2017, fue condenado por sentencia firme del Juzgado de Instrucción número 2 de Viveiro, a ocho meses de prisión por un delito de quebrantamiento de esa medida cautelar.

El 30 de marzo de 2018, según el escrito de acusación del ministerio fiscal, el acusado entró sobre las 00:30 horas en el piso de su expareja y, además de provocar varios desperfectos en la vivienda, se apoderó de diversos objetos de valor de la mujer, como joyas, unas gafas y un perfume. A continuación, "con ánimo de acabar con la vida" de la mujer y de su "hijo menor de edad", que vivía en el mismo domicilio, "abrió los cuatro fogones de la cocina de gas y las bombonas de butano de la cocina, el calentador y una estufa".

El fiscal sostiene que, en ese momento, el acusado actuó con "pleno conocimiento y plena voluntad de que con su actuación" provocaría la "muerte" de su expareja y de su hijo en el momento en el que ambos llegasen al domicilio.

Subraya, además, que "existía una alta probabilidad de explosión en caso de que se accionara una fuente de ignición, como un mechero, un cigarrillo o un interruptor de luz, dando como resultado la muerte" de la mujer y del menor.

Finalmente, precisa el ministerio público, "no consiguió su propósito", dado que cuando su expareja llegó a casa, alrededor de las 01:45 horas, "percibió el fuerte olor a gas", por lo que cerró las bombonas de butano y los fogones abiertos.

Posteriormente, fue auxiliada por una patrulla de la Guardia Civil, que fue alertada por ella misma y por una amiga suya.

Esa misma madrugada, sobre las 01:50 horas, a pesar de la orden de alejamiento que le prohibía acercarse a ella a menos de 40 metros, el acusado se dirigió a su expareja con ánimo de atemorizarla, mientras esperaba en el exterior de la vivienda la llegada de la Guardia Civil.

El procesado se encuentra en prisión provisional por esta causa desde el día 30 de marzo de 2018, fecha de su detención.