Nací en un pueblo de Salamanca, Béjar. Llegué a A Mariña en 1999 junto a mi mujer y he pasado por todos los cargos en la docencia, desde secretario, hasta jefe de estudios y ahora director. Llevo 8 años al frente del IES de Foz. Vivo en Ribadeo y tengo dos hijas.
¿Cómo llega un salmantino a la comarca mariñana?
Mi mujer es de Lugo. Siempre había venido a veranear a A Mariña y antes de llegar aquí trabajé en Castilla la Mancha y Castilla y León. Pero cuando hubo un concurso de traslados, mi mujer y yo miramos un lugar que nos encajara y nos vinimos para aquí.
¿Qué estudió usted tras la enseñanza obligatoria?
Matemáticas. Cuando lo hice, en los años 80, no había muchas más salidas que la educación, aunque tuve la opción de hacer unas prácticas en Repsol, pero opté por la docencia.
La dirección del instituto, ¿fue algo buscado o llegó sin pretenderlo?
No, no lo busqué. Pero pienso que es algo por lo que todos deberíamos pasar para ver las dificultades del cargo.
¿Ha dado clases a sus hijas?
No, nunca. Es una posición muy difícil la de padre y profesor.
Pero les habrá dado clases particulares de matemáticas cuando las han necesitado, ¿no?
Muy pocas veces. No han tenido muchas dificultades y han sido siempre muy independientes las dos y buenas estudiantes.
Tengo amigos profesores y me dicen que están desmoralizados con tantos cambios en las leyes de educación, ¿es generalizado?
Sí, sí. Porque te pierdes en la burocracia con tantos cambios de programaciones, generando documentos nuevos y no ves un destino final que mejore la educación. Mira ahora la nueva selectividad, nadie sabe cómo va a ser, si va a ser más fácil o difícil, y nosotros estamos siempre en medio, adaptándonos.
Es una posición complicada.
Estamos enfadados con la Administración porque no sabemos dónde vamos. Deberían contar más con el profesorado de a pie.
Estamos enfadados con la Administración porque no sabemos dónde vamos
¿Cómo está viviendo este verano de completo en A Mariña?
Lo vivo día a día. Ahora mismo estoy por Foz, en la calle, y da gusto verlas llenas de gente, con ambiente. Solo espero que no sea el anticipo de un otoño triste, que se pueda mantener este ritmo.
Pues las previsiones no son muy halagüeñas.
Sí, si uno lee las noticias se viene un poco abajo. Parece que este verano la gente está viviendo un ‘carpe diem’ antes de que venga el desastre, aunque esperemos que no sea para tanto.
Parece que este verano la gente está viviendo un 'carpe diem' antes de que venga el desastre
¿No se ha planteado venir en bicicleta a Foz desde Ribadeo, donde reside, para ahorrar en gasolina?
No tengo la condición física necesaria para ello, aunque procuro gastar menos en electricidad, gasolina...
¿Le ha cambiado la pandemia?
No demasiado. El que me conozca de fuera sabe que sigo haciendo el mismo tipo de cosas, aunque es verdad que dentro de nuestra profesión nos ha enseñado a ser más disciplinados. Han sido tres años duros, sin parar.
Usted que vive en Ribadeo y verá pasar a bastantes peregrinos, ¿no se anima con el Camino?
Por ahora no. Como tengo que ir mucho a Santiago por motivos laborales no lo veo como unas vacaciones, aunque sí podría hacer alguna etapa con la familia.
