Nazaret Álvarez Vázquez comparte domicilio en Barreiros con dos gatos. Shiro es un persa marrón de 14 años y Petra es una angora de cuatro años blanco con un ojo azul y otro verde, con la que inició esta convivencia. "Tienen momentos en los que les gustan las caricias y otros en los que prefieren andar a su aire", señala.
Cuenta que hace cuatro años tenía muchas ganas de uno y mirando en una conocida web halló el anuncio de Petra, de cinco meses y medio, que sus dueños entregaban a cambio de pagar el transportín. Se la enviaron desde Vigo por BlaBlaCar y la recogió en Lugo. "Me encantó, es buenísima. Desde que estamos en el último domicilio se acostumbró a hacer las necesidades en la calle y sale de vez en cuando".
Dos años después descubrió en una red social la publicación de una mujer de Toledo que anunciaba un gato persa de 12 años. Ella tenía problemas de salud y al acercársele empeoraba. "Lo bajaron al garaje, pero no era feliz, porque estaba acostumbrado a estar con gente". Tras intercambiar mensajes y llamadas, se lo cedió
a Nazaret al considerar que lo cuidaría mejor y se lo envió gratis. "Me puse contentísima", dice.
Shiro toma un pienso especial para gatos delicados y "le gusta mucho comer malta todos los días en ayunas, como se lamen tanto tragan pelo y les ayuda a expulsarlo en la caca", comenta su dueña, quien recuerda que en casa de sus padres siempre tuvieron gatos e incluso alimentaban a alguno de la calle, que después
les reclamaban por la terraza.
Nazaret se decantó por los gatos porque "son muy independientes, para tener perros hace falta una casa con terreno. Petra y Shiro se arreglan solos para comer dejándoles alimento. Se llevan bien, hay compañerismo, aunque de vez en cuando discuten. Petra tiene mucha energía, pasa corriendo al lado de Shiro y este se enfada, pero nunca llegan a herirse. En otros momentos, están pegados el uno al otro".
Estos gatos están castrados, aunque Nazaret piensa que "es una pena, porque Shiro es un persa estupendo, lo castraron con unos meses y a Petra decidimos castrarla con seis meses y está muy tranquila. A Shiro le quedó un poco de instinto, a veces coge zapatillas y las magulla unos minutos, más bien cuando nadie le
molesta". A este persa "hay que peinarlo casi todos los días, si no le salen unas rastas que mete miedo, en verano se le enreda más. Petra, con lavarse un poco ya está, la cabeza se la lava Shiro. Si un día se manchan más, hay que meterlos en la bañera, pero no es bueno asearlos mucho. Shiro tiene el hábito de lavarse".