Con el grueso de navegantes lanzados al mar del verano, conseguir una buena plaza de atraque no es sencillo. De hecho, el fondeadero de la playa de Area, justo al lado del pecio de la fragata Magdalena, está también muy concurrido por veleros de distintos países. Sin embargo, en el puerto deportivo vivariense pueden verse cada vez yates más modernos, que marcan tendencia a la hora de relacionarse con el mar.
Al contrario que en el Mediterráneo, donde suelen deslumbrar el lujo y el caballaje -el dinero-, marinos que arriban a Viveiro o Ribadeo fuera de las labores de tránsito destacan por su modernidad y eficiencia energética al aprovechar tanto viento como sol.
Uno de los más espectaculares que plegó orza al menos dos veces este verano para entrar en Viveiro es el de bandera belga Ouff 2. Pintado en un gris casi militar que recuerda al de los acorazados de principios del siglo XX, y con la proa recta de los veloces barcos de la Copa América, se trata de un yate preparado para un navegante solitario. La automatización se aprecia no solo en la bañera y medios de supervivencia sino también en el equipo para desplegar el velamen. Otros que llamaron la atención son el Live your Dream holandés o el Colibrí galo, con amplio uso de placas solares.
