A MARIÑA. La comarca entera, desde Ribadeo a O Vicedo y desde Mondoñedo a Foz, se convirtió ayer en una reclamación continua y constante de la igualdad real entre hombres y mujeres. Una reivindicación que resonó en prácticamente todos los rincones de casi todas las localidades y que además lo hizo no solo de forma institucional. Porque ayer, a diferencia de convocatorias de años anteriores, la huelga tuvo un seguimiento importante, pero aún mayor lo tuvo el paro convocado durante la mañana y en lo que se refiere a concentraciones de apoyo, se multiplicaron sin cesar por empresas, colegios, institutos, centros de trabajo, puertos, fábricas y casi cualquier rincón.
Las concentraciones matinales se fueron repitiendo hacia mediodía. Hubo algunas marchas y una constante lectura de manifiestos. Por vez primera la movilización feminista se trasladó a un plano comarcal en un segundo acto que tuvo lugar ya por la tarde y con un tono mucho más festivo.
Fue en Burela y allí estaban convocadas todas y todos las participantes en las movilizaciones de la mañana, pero también quienes no pudieron acudir a ellas. Pese a un inconveniente con el tren, el éxito de la convocatoria en la localidad burelesa fue abrumador.
Fueron cientos de mujeres las concentradas en la estación de autobuses/tren y desde allí recorrieron diferentes calles además de realizar actos reivindicativos a lo largo de toda la tarde, mientras se iban reuniendo todas. Además de los lemas feministas, no faltaron carteles alusivos a la libertad de expresión: "Perreo libre" o "Nin michismi nin fiminismi mínimi".
A las ocho fue la concentración central, en una Praza da Mariña totalmente llena de gente. Allí se leyó el manifiesto de la jornada en medio de un ambiente festivo y de una oleada de optimismo. El texto hacía referencia a la llegada efectiva del final del patriarcado, a la inminencia de una revolución «que será feminista ou non será», a la igualdad de géneros a todos los niveles tanto laboral como familiar, empresarial o laboral y, sobre todo, se apeló a la exigencia mayor del día: el final inminente de todo tipo de violencia contra las mujeres.
Mujeres de todos los sectores avanzaron el inicio de una «revolución» que anticipan «imparable»
El medio día del jueves fue el momento que conectó la práctica totalidad de las localidades de A Mariña en apoyo a las demandas de las mujeres. Todos los concellos escenificaron el paro y en muchos de ellos la huelga feminista, que contó con un seguimiento importante, se hizo patente en las calles. El llamamiento fue más transversal que nunca y en los actos había mujeres de todo tipo de profesiones: agricultoras, ganaderas, profesoras, ingenieras, mujeres en paro, empleadas de banca, del comercios, farmacéuticas, jubiladas, taxistas, carteras, funcionarias, médicas y también hombres.
En Ribadeo eligieron dar voz a representantes de diferentes sectores para centrar sus reclamaciones, además de en lo general. Varios cientos de personas las acompañaron junto a mucho alumnado de Secundaria. «A revolución será feminista ou non será» y «Querémosvos a todas vivas» fueron dos de los eslóganes más aplaudidos.
VIVEIRO. En la ciudad del Landro la concejala de cultura, Lara Fernández, reclamó que la lucha de las mujeres continúe todos los días del año y la responsable de la librería Porta da Vila, María del Carmen Lage, relató la historia de una escritora nigeriana tras la lectura del manifiesto por parte de representantes sindicales. Unas 500 personas secundaron la concentración ante el consistorio.
Burela centró durante la mañana tres actos distintos, uno en el hospital, otro de tipo sindical y otro convocado por el Concello
En el Hospital da Costa se vivió también un paro importante y la CIG leyó un manifesto en el que se recogió que «hoxe deixamos por unhas horas o que estabamos a facer, identificando así o espazo baleiro que deixamos, e denunciando ao tempo o importante valor social que desempeñamos nas esferas produtiva e reprodutiva».
Al mismo tiempo en Burela se desarrollaban otros dos actos paralelos, uno de las plataformas sindicales y otro del Ayuntamiento, ambos coincidentes en reivindicar para la mujer el papel que le corresponde en el mundo actual.
