Mondoñedo atrae cada vez más a inversores en propiedades antiguas

El holandés Paul Van der Mel, uno de los primeros foráneos en instalarse, relata las bondades de vivir en la ciudad mindoniense. En el resto de la comarca también crece el número de extranjeros que buscan vivir o montar negocios en casas abandonadas
Beatriz y Paul montaron La Esmaltería en la planta baja de su casa. IRIA L. V.
photo_camera Beatriz y Paul montaron La Esmaltería en la planta baja de su casa. IRIA L. V.

A Mariña se está mostrando en los últimos años como un imán para extranjeros en busca de tranquilidad o de poner en marcha un negocio en el rural. Y dentro de la comarca, Mondoñedo es uno de los municipios con mayor tirón, dado que son varias las personas que han redirigido su proyecto de vida a la ciudad episcopal o lo harán a corto plazo.

La efervescencia de personas interesadas en inmuebles del municipio, ya sean del casco urbano o de alguna aldea, es tal que la empresa Galician Country Homes, con sede en Rábade, va a abrir una oficina en la ciudad. Al frente están Rosy Costoya y Mark Adkinson. "Mondoñedo está atrayendo mucho y cuenta con un gran potencial. Es una zona de expansión para nuestro negocio. Hay propiedades espectaculares y, a medida que me voy adentrando más, crece su interés", explica Costoya.

Entre sus últimas ventas en A Mariña destacan dos aldeas en Viveiro y Ourol. La primera la adquirió un matrimonio inglés en A Insua, cerca de la playa de la Abrela, "que es una zona preciosa con vistas al mar y ya la están rehabilitando", mientras que la otra, en Xerdiz (Ourol), se la llevó una pareja que venía de trabajar en cruceros por el Caribe y ha puesto en marcha unos apartamentos turísticos: "Han restaurado gran parte y ya reciben clientes".

Asimismo, desvela que hay interés en hacerse con la antigua fábrica de gaseosa de Alfoz: "Ha recibido muchas visitas y creo que puede acoger un montón de apartamentos para peregrinos".

PIONEROS

Una de las familias pioneras en establecerse en Mondoñedo fue la formada por el holandés Paul Van der Mel y la vasca Beatriz Olaizola. En septiembre cumplen seis años en la ciudad junto a sus dos hijas de 19 y 20 años. Su integración es total, han montado un tienda de artesanía en la parte baja de su vivienda —La Esmaltería— y colaboran con asociaciones como Batitales.

La pareja adquirió una casa en 2006, después de quedar prendados de la localidad. "En 2005 vivíamos en un pueblo del Pirineo oscense y conocíamos bastante Galicia porque mi suegro tenía una casa en las Rías Baixas. Ese año visitamos Sargadelos, porque quería conocer la fábrica y su proceso de producción. Fuimos, estuvimos por la zona y nos acercamos a Mondoñedo. Era septiembre, llovía y nos llamó mucho la atención la atmósfera de melancolía que transmitía con la niebla. Vi que había muchas casas en venta, saqué bastantes fotos y meses después llamamos, nos atendió una persona muy amable y decidimos comprar", explica Paul.

Sin embargo, no vinieron hasta siete años más tarde. El desencadenante fue que la hija mayor pasó a 3º de ESO. "Tras casi 10 años en un pueblo pequeñito del Pirineo, se tenía que ir a un instituto de Jaca y no nos garantizaban el transporte. Eso nos animó a cambiarnos para esa casa comprada en 2006 que habíamos estado rehabilitando poco a poco", rememora.

Sobre su vida en Mondoñedo prácticamente solo tiene buenas palabras. "Ya sabemos que el clima falla a veces, pero nuestras hijas han sido siempre muy felices aquí. Ahora estudian en Santiago, pero vuelven todos los fines de semana para estar con nosotros y su cuadrilla de amigos. La gente es muy amable y educada", señala.

El único lunar es la falta de oportunidades: "Hay mucha despoblación, la gente es sobre todo mayor y la supervivencia económica es difícil y hay que luchar mucho". De todos modos, no duda a la hora de recomendarle a otras personas escoger Mondoñedo y sus alrededores: "Todo el mundo se queda embelesado cuando llega de su belleza y si tienes hijos es una ciudad fantástica, porque yo soy de Amsterdam y no se puede comparar vivir aquí con hacerlo en una gran ciudad. Para los mayores también es un paraíso porque es tranquila y hay tiendas de toda la vida. Esperamos que venga más gente y abran más negocios, porque eso fortalece a la ciudad".

Sus profesiones, él arquitecto y ella traductora, les han permitido siempre tener algo más de libertad a la hora de moverse y, tras varios cambios de residencia en sus vidas, a sus 59 y 57 años, quizá Mondoñedo sea su fin de etapa: "Mi mujer montó hace dos años la tienda y eso ya nos ancla más", señala.

MÁS CASOS

Paul y Beatriz no son los únicos casos en los últimos años. "En Maariz compraron unha parella marroquino-arxentina. El traballa na rehabilitación de edificios e ela é artesana e monitora de pilates. E logo un italiano tamén mercou unha casa hai ano e medio en Viloalle, que quere destinar a turismo rural", enumera la alcaldesa, Elena Candia.

Los últimos en adquirir propiedades en el concello son un matrimonio semijubilado formado por un sudafricano y una irlandesa. "Compraron un barrio enteiro na Couboeira e vano enfocar ao turismo ecolóxico. De momento alóxanse nunha caravana e dan clases de surf en Barreiros", desvela la regidora.

"Más del 80% de nuestros clientes que buscan en la comarca son extranjeros"
Una de las voces autorizadas para comentar el incremento de visitas a inmuebles y aldeas de Mondoñedo es la gerencia de Galician Country Homes. Rosy Costoya y Mark Adkinson gestionan desde hace 16 años una empresa que ha recibido varios reconocimientos a nivel nacional y europeo. Ellos han visto el tirón de la comarca y van a abrir en Mondoñedo una satélite de su oficina central en Rábade. "Todas las semanas atraemos a gente de muy diversos lugares", señala Costoya. A través de su plataforma ofrecen "propiedades emblemáticas, con encanto e historia, ya que nos centramos en eso y nunca habrá en nuestra web pisos en la costa".

Costoya considera que «hay muchos factores» que hacen especialmente atractivo al noroeste de España, "pero sobre todo a Galicia", matiza. Uno es la meteorología: "El cambio climático está causando que para muchos extranjeros sean inasumibles las temperaturas del sur de España, así que ahora el paraíso para ellos está en Galicia». Las redes sociales e internet hacen el resto. "Permiten conocer previamente las casas, su enclave y ahora teniendo conexión puedes trabajar desde cualquier recóndito lugar", afirma. Su oferta es muy amplia: "Esta semana hemos vendido un pazo y estamos cerca de cerrar un castillo. Nos están entrando clientes con un poder adquisitivo alto".

El perfil de personas que se interesan por A Mariña es eminentemente extranjero. "Un 80 o 85% son de fuera y tenemos tanto europeos como de otras latitudes. Va variando y ahora nos bombardean a preguntas americanos porque salimos en una revista de allí. Pero sobre todo tenemos ingleses, holandeses, franceses y alemanes, aunque también hemos tenido algún cliente que vivía en Hong Kong o en Dubai. La menor cantidad son españoles", constata.

La propiedad que han adquirido el pianista Juan Rezzuto y su pareja, el madrileño Víctor Gómez. IRIA L. V.

La propiedad que han adquirido el pianista Juan Rezzuto y su pareja, el madrileño Víctor Gómez. IRIA L. V.

Una casa indiana para los dueños de un estudio de piano de Londres
Entre los últimos en apuntarse a comprar casa en Mondoñedo aparecen el afamado pianista argentino Juan Rezzuto y su pareja, el madrileño Víctor Gómez. Establecidos en Londres, donde gestionan el estudio de piano WKMT, uno de los más prestigiosos de la capital inglesa, han adquirido una casa indiana a la que esperan dar un doble uso. "La queremos para nuestro disfrute personal y para hacer campamentos de verano con grupos de unos cinco alumnos", explica Rezzuto.

Los dos quedaron prendados de la casa, del municipio y de su entorno. Y no cayeron en Mondoñedo por casualidad, sino después de un exhaustivo trabajo de campo: "Todo comenzó con algunos comentarios de trabajadores gallegos que teníamos en el estudio y que nos hablaron de As Catedrais, la gastronomía y un poco todo. A partir de ahí, miramos casas por Huesca, Zaragoza, Andalucía o Asturias, pero fue en Mondoñedo donde encontramos una que reunía lo que buscábamos". Su idea era encontrar "una propiedad que tuviese una arquitectura burguesa, similar a la estética que se ve en Londres", afirma.

De todas las regiones de España que visitaron, "Galicia es la que nos ofrecía mayor cantidad de esta arquitectura y, además, es de un estilo colonial cubano". Al comprobar que la casa indiana también les ofrecía la segunda característica indispensable, no lo dudaron. "Queríamos un sitio que tuviera buen acceso, es decir, con aeropuerto cerca, y que estuviese en un lugar con un patrimonio cultural e histórico que le resultase atractivo a nuestros alumnos. Mondoñedo lo reúne", resalta. La casa les sedujo desde el primer vistazo: "Es una casa de arquitectura indiana de principios del siglo XX con techos muy altos, cómoda y dispone de una finca amurallada grande. Es perfecta y está al final del casco histórico, lo que permite disfrutar de Mondoñedo y su gastronomía". Asimismo, el clima ha sido un factor "decisivo, porque Andalucía también es muy bonita, pero los 45 grados de calor de este año no serían fáciles de llevar y no queríamos estar en un clima extremo", apunta.

El "cálido recibimiento de la alcaldesa y los vecinos" y el estado de la casa también han colaborado: "Hemos visitado cuatro casas con dimensiones y precios similares, pero de Galicia nos llamó la atención la calidad de la construcción y su conservación, lo que supone gastar menos en su rehabilitación", argumenta. Juan no se cansa de repetir que "nos atrajo todo, la riqueza natural, paisajística, la cercanía con Foz y Ribadeo, As Catedrais,... El pueblo en sí es una joya y parece un pueblo francés en España, con esa arquitectura tan elegante en muchas construcciones", dice. Su proyecto consiste en ofrecer una especie de residencias de verano. "Tenemos unos 250 estudiantes en el estudio, principalmente ingleses, chinos, rusos y americanos. Al hablar inglés, eligen Inglaterra, así que pretendemos servir de puente para que puedan conocer también España y que Europa no es solo Londres", explica.

Su idea inicial es trabajar durante los meses de julio y agosto, pero están abiertos a aumentar sus estancias. "Las experiencias se podrían hacer cuatro o cinco veces al año, en Semana Santa o en semanas donde en Inglaterra hay vacaciones escolares", desvela. Los alumnos se hospedarán allí. "No queremos que se sientan en un hotel, sino en su casa. Por eso hablamos de grupos de 5 personas. Si en algún momento queremos traer más, hablaremos con hoteles del municipio", matiza.

De momento no han podido terminar el proceso de compra, algo que esperan resolver en breve: "No está siendo fácil porque la propietaria tiene 93 años y son muchos trámites, pero esperamos tener todo escriturado en septiembre y que las obras empiecen cuanto antes". Su objetivo es que el próximo verano puedan traer ya alumnos. "Si todo va bien, lo conseguiremos. Mientras tanto la aprovecharemos a nivel personal", concluye.

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