El estado del agua de la traída en Ribadeo mejoró sensiblemente con respecto a la noche del lunes y prácticamente toda la jornada del martes. De nuevo un vertido en las inmediaciones del embalse de Lexoso provocó que el agua saliese con un olor nauseabundo como a goma o gasolina, una textura algo aceitosa y un sabor queimpedía consumirla. No obstante, desde la empresa concesionaria del servicio, Viaqua, aunque reconocían que habían tenido multitud de quejas en todo momento lanzaron un mensaje tranquilizador en el sentido de que el agua siempre se había mantenido potable y los consumidores no habían corrido ningún peligro.
No obstante, las explicaciones no sirvieron para paliar el enfado de numerosos vecinos, alertados por tratarse de un fenómeno repetido cíclicamente y que ya nadie duda en adjudicar a unas instalaciones de la cooperativa Os Irmaniños (ahora ya Clun) en el vecino concello de Barreiros, a unos metros de la frontera con Ribadeo y del río Grande , que desagua en el embalse que luego abastece a la localidad ribadense.
El alcalde califica el incidente de "intolerable" por su reiteración cada cierto tiempo y su amenaza a la salud pública
El propio alcalde reconoció el «novo vertido de lixiviados ao río Grande que ocasionou un forte cheiro na traída» y calificó este "reiterado incidente" de "intolerable". "A empresa concesionaria procedeu ao baleirado dos depósitos", matizó, mientras la situación se normalizaba. "Non pode estar unha poboación de 10.000 habitantes sempre pendente dun fío, pensando que nalgún momento temos que cortar o subministro porque a calidade, aínda que cumpra cos parámetros, non é boa", denunció el munícipe.
Suárez Barcia envió comunicaciones oficiales solictando a Os Irmandiños que solucione la situación, al Concello de Barreiros que intervenga e insistiendo en lo ocurrido al Seprona, a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, a la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, a la Dirección Xeral de Saúde Pública y a Augas de Galicia.