"Veo más colaboradora a Alcoa, pero tutelaremos día a día que cumpla el acuerdo"

La ministra de Industria, Reyes Maroto, reconoce que el acuerdo "no es el deseado" por lo "doloroso" de parar las cubas, pero confía que sirva para garantizar el futuro de la planta de San Cibrao. Y advierte a Alcoa de que tiene mecanismos para garantizar el cumplimiento del pacto: el aval de 103 millones y la vía coercitiva. 
ministra de Industria, Reyes Maroto con alcaldes de La Mariña
photo_camera María Reyes Maroto Illera (Medina del Campo, 1973). ARXINA

¿Cómo valora el acuerdo?
No es el acuerdo que queríamos. Los que llevamos tiempo luchando por Alcoa teníamos dos prioridades: el mantenimiento del empleo y de las capacidades industriales. Este acuerdo garantiza lo primero, pero hay un elemento que no compartimos que es la parada de las cubas, que además fue el icono de la lucha de los trabajadores. Digamos que es el mejor de los malos acuerdos que teníamos sobre la mesa y ahora esperemos que se cumpla y que en dos años, o antes, se produzca aluminio.

¿Y tiene mecanismos el Gobierno para garantizar que se cumpla?
Hay dos mecanismos: el depósito que exigimos a Alcoa de 103 millones de dólares y que será tutelado por el comité de seguimiento, que nos da tranquilidad; y el otro es el coercitivo, que no nos gustaría usar pero que ya lo hicimos solicitando la devolución de ayudas o, a nivel político, trasladando a mi homóloga estadounidense que una empresa de su país estaba actuando contra los intereses gallegos y de toda España. Y si es necesario lo volveremos a ejercerlo.

Estuvo en la planta en San Cibrao y en la sede central de Alcoa en Pittsburgh así que conoce bien esta crisis. ¿Por qué se complicó tanto?
Se complicó porque Alcoa tenía que ser parte de la solución y siempre fue el problema. Cuando una empresa anuncia un cierre siempre exigimos que colabore en la búsqueda de soluciones, pero ellos generaron confusión, incertidumbre y fueron un lastre, hasta el punto de judicializar un proceso difícil de ganar. Al final, tanto la Justicia gallega como la española nos dio la razón a los trabajadores y las administraciones, que nos unimos con fortaleza para denunciar algo que era injusto. Eso sí, hay que reconocer que perdimos año y medio, porque podíamos haber solucionado este problema antes con una actitud positiva, bien con Alcoa quedándose con la planta o bien buscando un inversor, sin hacer pasar a los trabajadores por un trauma tan doloroso.

Colaboración
"La Xunta fue bipolar en esta crisis; cuando le interesó ayudar, ayudó; y cuando le interesó poner palos en la rueda, los puso"

¿Cuál fue el papel de la Xunta a lo largo de esta crisis de Alcoa?
Ha sido bipolar. Cuando le interesó ayudar, ayudó; y cuando le interesó poner palos en la rueda, los puso. Y el ejemplo lo vimos el mismo día de la votación, cuando manifestó su inquietud por el acuerdo que se iba a firmar. Eso es deslealtad, porque estuvimos trabajando muchas horas con Alcoa buscando una solución y la Xunta estaba en esas reuniones, pero en ningún momento manifestó la inquietud que después el conselleiro trasladó. Creo que se equivocó, porque las administraciones debemos generar confianza y asumir responsabilidades. Y yo le pido a la Xunta que asuma las ayudas en industria, que están muy clarificadas en su Estatuto.

El principal reproche de los trabajadores de Alcoa a su Gobierno fue por el papel de la Sepi. ¿Por qué se echó atrás y no intervino?
La Sepi tuvo un papel muy activo el año pasado cuando Advance planteó la compra de la planta y se daban las condiciones para esa intermediación. Pero ese proceso acaba cuando Alcoa dice que no vende. Cuando se plantea de nuevo esa venta aparecen varias ofertas y surge un problema de competencia del que nos alertó la propia Comisión Europea, porque si hay varios compradores... ¿a cuál acompaña la Sepi? Nosotros siempre dijimos que la Sepi intervendría de forma instrumental, no para quedarse con la planta sino para acompañar en la venta a un tercero. Además, hay un elemento reputacional, porque ahora que estamos desplegando un plan de recuperación y situando a España y Galicia como un lugar de oportunidades para invertir, la intervención de una empresa privada desde lo público puede ser un elemento reputacional muy negativo entre los inversores.

Descartada esa intervención, ¿el plan B si falla el actual acuerdo con Alcoa sería entonces la venta?
Si falla, hay un elemento positivo que son los 103 millones depositados por Alcoa en un banco y tutelados por la comisión de seguimiento que nos permitirán, si se pone otra vez la planta a la venta, lograr atracción e interés en ella.

Sepi
"Al haber más de un comprador no pudo intervenir por un problema de competencia; y también por cuestión reputacional"

El principal temor de los trabajadores ahora es que Alcoa no cumpla. ¿Qué mensaje les traslada?
Que vamos a tutelar día tras día los acuerdos para que se cumplan. Tenemos un papel y ya le dijimos a Alcoa que debe convertirlo en hechos y que la comisión de seguimiento velará por ello. Tengo mucha empatía con los trabajadores porque sé que la parada de las cubas será muy dolorosa, pero si significa garantizar un futuro a la planta trabajaremos para ello. Yo la última semana y media vi a una Alcoa con otra actitud, más colaborativa, probablemente por perder el juicio. Yo quiero que Alcoa se vuelva a ganar el cariño de una comarca que perdió la confianza en ella, porque si logramos restaurar la confianza y todos asumimos nuestras responsabilidades, habrá futuro para A Mariña.

¿Y para A Coruña y Avilés?
Nosotros desde que hubo la intervención y el concurso de acreedores, trabajamos con el administrador y con el comité para garantizar un comprador, que es a lo que nos comprometimos y en lo que estamos. Yo no soy optimista ni pesimista, soy realista y no hay que tirar la toalla. Siempre que haya una oportunidad de mantener la capacidad industrial hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos. No basta con buscar culpables, aunque aquí Alcoa es el principal responsable, aunque es algo que dirá la Justicia en el futuro. Nosotros trabajamos de la mano con el administrador concursal y el comité de empresa para que esa planta tenga futuro como lo puede tener San Cibrao. Y así también cambiamos toda esa percepción negativa alrededor de la industria gallega.

¿No se puede hablar abiertamente de una crisis de la industria gallega?
Hay una percepción de crisis, pero yo ponía como ejemplos de futuro la industria farmacéutica de Galicia, que se está convirtiendo en un gran pilar. La naval, que tras resolver ciertos problemas y viendo que Barreras puede tener solución, puede ser un sector tractor. En la industria de la automoción hay una oportunidad importante con el despliegue del vehículo eléctrico conectado en el que Galicia tiene que ser protagonista, y no solo a través de Stellantis. Debemos modernizar la industria conservera, porque el sector agroalimentario es el principal exportador d este país. Creo que algunos vivimos la situación de la industria gallega con más positividad y si pensamos así será más fácil convencer a los demás de que este es un territorio de oportunidades. Hay sobre la mesa un plan de recuperación de 70.000 millones de los que Galicia ya recibió más de 700 y queremos trabajar con la Xunta, con las diputaciones y los ayuntamientos para generar una actitud distinta. Este año invertimos en A Mariña en materia de turismo, que seguramente no sea suficiente, pero sí un paso más para recobrar la confianza en una comarca que vive sobre todo de la industria, pero que también debe de buscar otras oportunidades.

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