El mes de agosto comenzó en A Mariña con un día soleado durante la mañana, el primero de estas características en mucho tiempo. La tarde fue buena, aunque no excepcional, pero para entonces las playas de la comarca se encontraban ya bastante pobladas de visitantes ansiosos de, por fin, disfrutar de unos rayos de sol que, en julio, se resistió a salir la mayor parte de los días.
Mientras el día avanzaba con relativa placidez, en los establecimientos de hostelería se aprovechó para hacer algo que hasta el momento se hizo solo de forma contenida: caja.
Pese a que la incidencia de la pandemia está dejando a varios municipios en una situación muy delicada, lo cierto es que muchos hosteleros todavía confían en conseguir sacar adelante, aunque sea para salir del paso, un verano en el que las restricciones vuelven a cebarse, como sucedió el año pasado, con el sector.
El planteamiento general ahora mismo es conseguir salvar el mes de agosto de la mejor forma posible porque todavía existe la esperanza de que la curva de contagios haya tocado techo, comience a bajar y a partir de entonces regrese una normalidad más prolongada.
Muchos hoteleros confían en salvar el mes si no suben los contagios
Las cancelaciones de estancias existen, pero lo cierto es que no son abrumadoras y no se está produciendo una debacle como la de 2020, cuando la comarca se cerró virtualmente y ni siquiera era posible entrar de visita.
En esta ocasión la situación es diferente y aunque sí que se dan cancelaciones, algunas significativas, a nivel de hoteles se está funcionando por debajo de lo normal, pero mejor de lo que cabría esperar dada la situación.
AGRADECIMIENTO. Entre los responsables de los hoteles incluso se recogen testimonios a favor de la temperaturas suaves que se están registrando en la comarca durante las últimas semanas.
Mientras en varias zonas de España se alcanzaron los 40 grados, en A Mariña no se subió nunca de 24 y 21 grados es la cifra más habitual. Ayer lo más alto fueron 22 grados.
