Cuando para una persona superar el siglo de vida ya empieza a quedársele corto, es que estamos hablando de palabras mayores. Es un caso que acaba de darse en Riotorto, donde la vecina más longeva del municipio, María Fernández Bouso, a la que todo el mundo llama por el nombre de su casa, María de Baltasar, acaba de cumplir nada menos que 105 años.
Para hacerse una idea de lo que esto significa hay que pensar que cuando María de Baltasar nació la Primera Guerra Mundial estaba en pleno desarrollo y en Rusia aún faltaban dos años para que ejecutasen al último zar. Huelga decir que por lo tanto María de Baltasar fue testigo directo y privilegiado de gran parte de los acontecimientos del siglo XX y pudo ver sobradamente el siglo XXI, algo que admitió que siempre le había llamado la atención.
Pero por el momento su cumpleaños lo celebró con una fiesta como se merece aunque, quién se lo iba a decir, adaptada a las condiciones que le impuso una pandemia mundial. Hasta a eso consiguió sobrevivir desde su casa de Riotorto.
Lo hizo, como es habitual, arropada por su familia más íntima con una celebración entrañable pero concurrida al menos telefónicamente: recibió más de cincuenta llamadas para felicitarla y las contestó a todas personalmente. Ahora, María vive muy pendiente de su familia y sigue manteniendo sus amistades gracias a una gran lucidez mental.
